Premios relámpago apreciados

El cuarto indicio fue un inesperada lluvia de estrellas del oeste al este cuando aún había sol , de acuerdo a las leyendas que abrazan a este presagio, más que constelaciones, parecían cometas en el aíre. La quinta señal fue una sorprendente marejada , recordada como atípica, en el lago de Texcoco.

Ese día no había viento fuerte que pudiera provocarla, pero inundó parte de la ciudad de Tenochtitlan. Hijitos ¿a dónde los llevaré?

No obstante, durante la época de los aztecas no se le conocía como la Llorona, el suceso fue nombrado como el llanto de Cihuacoatl.

La séptima señal fue la captura de un extraño pájaro, parecido a la grulla, en el lago de Texcoco. De acuerdo a los múltiples relatos que hay alrededor de este indicio, éste fue uno de los más importantes debido a que marcó el inicio del fin para el Imperio Azteca.

La última de las señales se dio días antes de que Moctezuma conociera a los españoles. Varios habitantes de la ciudad mexica vieron criaturas con 2 cabezas, 4 manos y tres ojos alrededor del lago de Tenochtitlan , éstas fueron capturadas.

Cuando lo monstruos iban a ser presentados a Moctezuma, éste solo tuvo que mirarlos para que desaparecían sin dejar rastro. Pasados estos ocho eventos que marcaron el día a día de la sociedad prehispánica, Hernán Cortés entró a la capital y el Huey-Tlatoani, temeroso por los acontecimientos, lo confundió con el regreso de Quetzalcóatl el resto es historia que ya se conoce.

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Compartir articulo. Copiar enlace Facebook Twitter Whatsapp Linkedin Telegram E-mail. El 13 de agosto se cumplen años de la caída de México-Tenochtitlan Foto: INAH.

Momentos en el tiempo Los años sesenta marcaron el desarrollo de hechos relevantes para la cultura en la Universidad de Antioquia como el Martes del Paraninfo y el Primer Salón Nacional de Artistas Jóvenes, que dio apertura a uno de los más importantes proyectos culturales de nuestra Alma Máter.

Se crea igualmente. en el Abril Artístico. Ambos se transforman y dan lugar a la creación en del Salón Nacional de Artistas, cuya denominación cambia en para convertirse en el actual Salón Nacional de Artes Visuales.

Plantea el libro Memoria Institucional de Extensión2, que:. La elección de los ganadores se realiza, no por concurso, sino por la selección que realiza el jurado escogido por la Universidad.

Dicho Premio fue institucionalizado mediante la Resolución Superior del 28 de octubre de Posteriormente, mediante la Resolución Rectoral del 3 de diciembre de , éste es reglamentado. Mediante el Acta del 2 de noviembre de , del Consejo de la Facultad de Artes de la Universidad, se creó el Premio Nacional de Dramaturgia como un homenaje al desaparecido profesor universitario y dramaturgo antioqueño Luis Carlos Medina Carreño.

En el año se crea el Premio Nacional de Fotografía, que se convoca hasta , y se integra desde entonces a los Salones Nacionales de Artes Visuales. Más adelante, en , se crea el Premio Nacional de Música en la modalidad de Composición Musical, mediante la Resolución Rectoral Un año más tarde, en , se crea el Premio Nacional de Reportaje y Crónica Periodística mediante las Resoluciones Rectorales y En , las diversas convocatorias que adelanta la Universidad se reúnen bajo el nombre de Premios Nacionales a la Creación en las Artes y en las Letras Universidad de Antioquia, pero cada uno de ellos mantiene la particularidad de su reglamento.

En , surgen el Premio Nacional de Cuento y el de Novela, creados mediante la Resolución Rectoral El Premio Nacional de Ensayo en Estudios Culturales, el Premio Nacional de Danza y el Premio Nacional de Video se crean en mediante la Resolución Rectoral , reglamentación que por primera vez unifica los criterios de convocatoria, selección y premiación, la cual fue luego complementada y ajustada mediante la Resolución Rectoral de , llamándose desde entonces Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia.

En estas resoluciones se establecieron las siguientes áreas y modalidades de convocatoria: a Literatura: Poesía por Concurso, Poesía por Reconocimiento, Novela y Cuento b Artes: Danza, Música, Dramaturgia, Salones Nacionales y Bienales c Estudios Culturales: Ensayo en Estudios Culturales d Comunicaciones: Reportaje y Crónica Periodística e Audiovisuales: Video En octubre de , con motivo del cuadragésimo aniversario de los Premios, se publica una recopilación de los nombres que han hecho huella en su historia: ganadores, jurados, coordinadores, normativa, entre otros, datos que dan cuenta de la cantidad y calidad de los ganadores que han sido reconocidos por la Universidad.

En , como fruto de la evaluación realizada a las convocatorias con respecto a su pertinencia y actualidad, y con el fin de innovar las convocatorias y darles un mayor sentido de actualidad, de acuerdo con los desarrollos de los procesos culturales, mediante la Resolución Rectoral de marzo de , se redefinen las convocatorias a los premios y se reagrupan en 7 categorías y 16 modalidades, así: a Premio Nacional de Cultura por Reconocimiento.

Cada año el Comité Asesor. de los Premios propondrá el área en la cual se convoca el Premio b Premio Nacional de Literatura. Modalidades: Poesía, Novela, Cuento, Dramaturgia o Ensayo. Este Premio fue suspendido entre y y entre d Premio Salón Nacional de Artes Visuales.

Se convocará bienalmente en un lenguaje específico, que será definido por el Comité Asesor de los Premios. e Premio Nacional de Comunicaciones. Modalidades: Medios Radiales, Medios Audiovisuales, Medios Escritos, Medios Digitales o Virtuales.

f Premio Nacional de Estudios en Cultura. Se convocará cuatrienalmente en un tema específico, definido por el Comité Asesor de los Premios.

g Premio Nacional de Gestión Cultural. Los retos que nos quedan La reforma a los Premios Nacionales de Cultura contempló no solo la redefinición de las áreas convocadas, sino también el replanteamiento de la forma como las producciones culturales ganadoras se ponen en circulación y se entregan a los diversos públicos.

En tal sentido, la gestión de los Premios no termina con la ceremonia de entrega de los reconocimientos y estímulos a los creadores, sino que continúa con la puesta en diálogo o en escena de las creaciones, mediante eventos de carácter académico y cultural que favorezcan el acercamiento de los diversos públicos a las obras y a sus autores.

Pretende igualmente la Universidad, abrir el espacio para hacer de los Premios insumo para el desarrollo de investigaciones en las materias convocadas, promover el desarrollo de la crítica, los encuentros de creadores que han hecho parte de las múltiples convocatorias, la elaboración de catálogos del Salón Nacional de Artes Visuales, la integración de los Premios a las dinámicas de la cultura regional, el desarrollo de lecturas de los textos literarios por parte de sus autores en diversos escenarios que permitan integrar a los autores con los lectores, entre otros.

Notas 1. Jefa del Departamento de Extensión Cultural: ; Toro Constanza, y otra. Memoria Institucional de la Extensión. Vicerrectoría de Extensión.

Documento inédito. Agosto de Sin autor. Historia del Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia. En: Premio Nacional de Poesía. Reseña histórica. Archivo Central Universidad de Antioquia, caja C 4.

Memoria Recorrer la senda trazada por los Premios de Cultura Universidad de Antioquia es una experiencia que gratifica y emociona, aunque también desvela elementos que ameritarían un amplio debate sobre la extraña transmutación del periodismo cultural en Colombia.

Caminar sin afanes ese trayecto que comprende los años a , es constatar que una idea lúcida que surgió espontánea hace cuatro décadas tuvo la vitalidad suficiente para perdurar y reproducirse sin atrofias. Alberto González En el ámbito de las ciencias sociales y humanas, la Mascarozf arqueología de rescate tiene como objetivo recuperar y Jefe Departamento conservar restos arqueológicos cuya importancia resulta de Información y vital para efectuar la reconstrucción de un periodo cultural Prensa y determinar estilos de vida, comportamientos y conductas Universidad de de las sociedades.

Sin pretender que esta Memoria conlleve Antioquia tales alcances, sí hace parte de los propósitos que alentó su realización recuperar y conservar testimonios periodísticos que dan visibilidad a una tarea que se ha cumplido en forma colectiva.

En ella han dejado su impronta los cientos de participantes en cada modalidad de los Premios, los jurados calificadores, la prensa regional y nacional y, por supuesto, la Universidad de Antioquia. Esta Memoria ennoblece a la Rectoría, a la Vicerrectoría de Extensión, al Departamento de Extensión Cultural, al Museo Universitario y a la Editorial Universidad de Antioquia, pues el nutrimento de los Premios no ha sido otro que la valoración y el respeto por el talento y la creatividad de quienes encaran como compromiso de vida expresar la belleza a través de la palabra escrita y hablada, la música, la plástica, la dramaturgia, la fotografía, la danza.

De igual forma están incluidos quienes generan, divulgan y preservan el conocimiento a través de los estudios culturales y las investigaciones periodísticas. Para tejer esta Memoria fue necesario repasar el contenido de miles y miles de páginas de periódicos, cada vez más sumidos en el olvido de los archivos que los engavetan.

También fue necesario repasar, una a una, cientos de fotografías en papel, cuyas imágenes el tiempo amarillea y desvanece.

Ese olor a papel de antaño; esa emergencia de imágenes que delatan estilos, gustos y costumbres de época; esas fotografías que devuelven la vida a aquellos que la perdieron; esa lectura refrescante de textos narrativos, notas y entrevistas, sirvieron de aliento para llevar a feliz término ésta, sin duda, bella obra, que rinde un homenaje y expresa un agradecimiento sincero tanto a los ganadores y realizadores de los Premios como a los exponentes de una de las más brillantes etapas del periodismo cultural colombiano, casi proscrito de la prensa hoy en día.

Hoy se Inaugura el I Salón de Artistas Jóvenes Colombianos Abril Artístico Una muestra de arte que pretende ser diferente a las demás VI Abril Artístico: el salón que se abre camino ¿Qué fue del Abril Artístico?

Salón de Artistas. La Gaceta y el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia. Por Gustavo Adolfo Garcés Ganadores Juan Manuel Roca, Víctor Gaviria, Rubén Vélez Recuento de una gratitud. Por Ana María Villarraga Ganadores Alberto Vélez, Liana Mejía Ganadores creen que el premio se acabará Ganadores Jaime Jaramillo Escobar, Orlando Gallo La poesía es la que dicta las leyes en el corazón de los hombres, no el gobierno.

Por María Cristina Arango de Tobón Ganadores Primer Puesto Desierto, Segundo Puesto Fernando Herrera Ganadores David Jiménez Panesso, Medardo Arias Mi poesía es intimista y nostálgica. Por Juan Carlos Pérez Este no es Cassius Clay: Es el negro Medardo Arias.

Por Reinaldo Spitaletta Ganador Samuel Jaramillo El poeta tiene la obligación de la lucidez. Por Mariluz Vallejo Ganadora Gloria Moseley-Williams Gloria, con alma de poeta. Por Beatriz Mesa Mejía Ganador Rubén Darío Lotero Un Lotero en la Cima. Por John J.

Villegas R. Ganador Flobert Zapata La conciencia del aprendiz. Por Yolanda Duque Ganadores Carlos Héctor Trejos Reyes y Omar Ortiz Forero Ganador Jaime García Maffla No lo puedo creer. Por Luz Estella Betancurt B. Ganador Nelson Romero Guzmán Nelson Romero o el poder de la palabra Ganador Winston Morales Chavarro Memorias de Alexander de Brucco Ganador Verano Brisas Brisas Verano Brisas Brisas, entre el mar y el pornoerotismo.

Por Luis Javier Londoño Balbín Ganador Jorge Hernando Cadavid Mora. Ganador Luis Vidales Soy Luis Vidales y no he cambiado. Por Ana María Cano Ganador Álvaro Mutis Álvaro Mutis, 27 años sin venir al país, recibe el Premio U.

Ninguna proposición que descarte lo sagrado me interesa. Por Ana María Cano Ganador Jorge Artel Jorge Artel ganó Premio de Poesía U. El negro Artel. Por Fernando Vera Ángel Mi poesía es la voz del pueblo. Por Mariluz Vallejo Ganador José Manuel Arango La poesía es celebración de la vida.

Por Mario Escobar y Reinaldo Spitaletta José Manuel Arango. Por José Manuel Arango Nunca extravió el camino. Por Elkin Restrepo Recuerdo de José Manuel Arango. Por José Jairo Alarcón Arteaga Ganadora Meira Delmar Somos, sobre todo, sueños.

Por Alberto González Mascarozf Ganador Rogelio Echavarría Ser poeta, además de una tragedia, es un privilegio que duele como una herida abierta Una poesía para nuestro tiempo. Por José Manuel Arango Memoria del poeta desmemoriado. Por Juan José Hoyos Perder la memoria es prácticamente perder la vida.

Por Alberto González Mascarozf Ganador Fernando Charry. Poeta mayor La vida en Colombia nos obliga a tener una actitud rebelde. Por Alberto González Mascarozf Ganador Giovanni Quessep Nunca tuve ni he tenido que ver con las vanguardias.

Por Alberto González Mascarozf. Por José Domingo Garzón No dar el brazo a torcer hacia la comercialización del arte, ésa es la lucha de los artistas.

Ganador Andrés Posada Saldarriaga Bálsamo de estrellas. Por Andrés Posada Saldarriaga Ganador John Fredy Ramos Ganador Darío Rojas Restrepo Ganadores María Eugenia Londoño Fernández, Jesús Zapata Builes, Alejandro Tobón Restrepo Etnomusicología.

Hacernos visibles y descubrirnos a través de la música Un hallazgo, un reto. Por María Eugenia Londoño Fernández Ganador Carlos Eduardo Betancur Bustamante. Ganador Luis Felipe Atehortúa Siete años en el infierno La pesadilla que sacudió la vida de Jorge Argiro.

Por Luis Felipe Atehortúa Ganadores José Luis Novoa, Juan Manuel Escamilla Al periodismo hay que meterle oficio Ganador José Rubiel Navia Magníficas historias mal contadas Los discursos de la ropa usada Ganadora Patricia Nieto La escritura periodística es un acto de amor.

Por Patricia Nieto Salir a cazar un león. Por Carlos Mario Correa Soto. Ganador Juan Manuel Roca Poner el cuento en el punto relevante que merece Ganador Octavio Escobar Un libro es una nueva manera de estar vivo.

Por Octavio Escobar Ganador Rey Carlos Villadiego Mi deseo se ha cumplido Ganador Javier Ignacio Saldarriaga Cadavid Soy un desconocido para mí mismo cuando estoy narrando El cuento, una tarea apasionante y compleja.

Por Óscar Castro García. Ganador Esteban Carlos Mejía Mentirás al prójimo como a ti mismo Ganador Albeiro de Jesús Patiño Builes. Ganador Álvaro Cadavid Al rescate del patrimonio audiovisual Ganador Desierto Ganador Orián Jiménez Meneses.

Ganador Ricardo Ramírez - UN Televisión Ganador Diego García Moreno El corazón herido de Colombia y sus cicatrices. Por Diego Garcia Moreno. Salones Nacionales de Arte La Universidad de Antioquia dio inicio a las convocatorias de los Premios Nacionales con el I Salรณn Nacional de Artistas Jรณvenes, convocado por el Instituto de Artes Plรกsticas entre el 5 y el 20 de diciembre de , el cual fue premiado mediante la Resoluciรณn Rectoral 29 del 15 de abril de El Salรณn conservรณ este nombre hasta , y se convocรณ de manera paralela con el denominado Abril Artรญstico; posteriormente se convocรณ el Salรณn Anual de Artistas hasta , cuando cambiรณ por el Salรณn Nacional de Artistas.

Desde se conoce esta modalidad como Salรณn Nacional de Artes Visuales. En diciembre de , durante la rectoría de Lucrecio Jaramillo Vélez, se convocó el Primer Salón Nacional de Artistas Jóvenes organizado por el Instituto de Artes Plásticas.

Dicho evento premió las modalidades de dibujo, pintura, grabado, escultura y cerámica, y contó con el aporte de la Gobernación de Antioquia, Turantioquia, la Alcaldía de Medellín y Coltejer. En , gracias a la iniciativa del maestro Carlos Mejía Mesa, la Universidad ratificó su interés en apoyar a los creadores de las artes visuales al establecer el Abril Artístico, evento que durante casi una década se convirtió en un importante estímulo a jóvenes artistas que hoy gozan de reconocimiento nacional e internacional.

En , durante la rectoría de Luis Pérez Gutiérrez, y pensando en asumir nuevos retos y en incentivar la creación artística en la Universidad, se creó mediante la Resolución Rectoral del 19 de septiembre, el Salón Anual de Artistas Universidad de Antioquia, adscrito al Departamento de Extensión Cultural, el cual tuvo cobertura nacional a partir de y que hoy se conoce como el Salón Nacional de Artes Visuales.

En se convocó la duodécima edición del Salón. Aunque en términos generales no varió, como parte de los Premios Nacionales de Cultura pudo alcanzar una cobertura más amplia. Desde entonces, el Salón se alterna con los. Salones Especializados de Arte: dibujo, obra gráfica, escultura y arte figurativo, entre otros.

Al apreciar las obras presentadas en los Salones convocados hasta ahora, se puede hacer un recuento histórico del panorama de las artes plásticas en los últimos años. Asimismo, los premios otorgados son el testimonio de cómo estas aproximaciones tienen variaciones en el tiempo, al demarcar las diversas tendencias y lenguajes seleccionados, y evidenciar reconocidas manifestaciones como la pintura figurativa, el arte abstracto, la fotografía y las instalaciones, entre otras.

Igualmente, es importante destacar que los premios han sido entregados no sólo a artistas destacados, sino también a autodidactas y a nuevos valores. Para promover la escultura, y con el fin de aprovechar experiencias como la Bienal de Grabado organizada por la Facultad de Artes de la Universidad, se creó la Primera Muestra de Gráfica Artística mediante Acta del 12 de mayo de , del Consejo de dicha Facultad, de la cual se cumplieron cinco convocatorias.

Por su parte, el Museo Universitario, como una forma de resaltar esta manifestación del arte, creó el Salón Nacional de Dibujo, del cual se realizó una sola edición. Posteriormente, la Universidad creó los salones especializados de Obra Gráfica, Dibujo, Escultura y Arte Figurativo, los cuales se convocan alternadamente con los Salones Nacionales de Artes Visuales, y gozan de la misma categoría de Premios Nacionales de Cultura.

Viernes 6 de diciembre de Portada y página 9. Más de obras integran esta muestra nacional de pintura, escultura, cerámica y grabados, organizada por el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia. Quienes patrocinan el importante certamen. Mediante los auspicios del Ministerio de Educación Nacional, la Secretaría de Educación Pública del Departamento, la Extensión Cultural del Municipio de Medellín, la Corporación de Turismo de Antioquia y la empresa Coltejer, y organizado por el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia, a partir de las.

siete de la noche de hoy quedará abierto en la Biblioteca General de la nueva Ciudad Universitaria del Alma Máter el Primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos, con la participación de numerosos pintores, escultores, ceramistas y grabadores menores de 35 años de edad, de las distintas regiones del país.

Se trata, pues, de un certamen. cultural de especial significación y trascendencia, el primero de este tipo que se realiza en Colombia. Trabajos de elevada calidad estética y de muy depurada técnica han sido incluidos en esta muestra plástica, indudablemente una de las más interesantes de cuantas han sido presentadas en esta ciudad durante los últimos años.

Las obras comprenden los más diversos estilos y tendencias expresivas. El éxito del Salón de Artistas Jóvenes ha sobrepasado todos los cálculos de los organizadores quienes ahora se muestran muy complacidos de los resultados obtenidos y del general interés con que fue acogido el certamen desde el momento en que se dieron a conocer las bases del concurso.

Los premios Un jurado calificador de cinco miembros tendrá a su cargo la selección y evaluación de las obras remitidas para el primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos, a fín de otorgar posteriormente los premios de adquisición que fueron acordados para los dos mejores trabajos en cada modalidad, así: un primer premio de tres mil pesos donado por la división de extensión cultural del departamento; y un segundo premio de dos mil pesos, concedido por la empresa Coltejer para obras de pintura; para escultura figuran igualmente sendos premios, uno de tres mil pesos para el primer puesto, conferido por la Secretaria de Educación.

de Antioquia, y el segundo, de dos mil pesos, donado por Coltejer. Para las obras de cerámica y grabado habrá sendos primeros premios, cada uno de dos mil pesos, donados por la división de extensión cultural del departamento de Antioquia; y dos segundos premios, de mil pesos cada uno, otorgados por la Extensión Cultural del Municipio de Medellín.

Igualmente serán conferidas dos menciones honorificas para otras tantas obras de pintura, escultura, cerámica y grabado que ocupen los terceros y cuartos puestos en la clasificación final.

Los premios no podrán ser divididos entre varias obras, y el fallo del jurado será inapelable. Dos semanas La exposición colectiva de este primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos permanecerá abierta el público hasta el día 20 de diciembre.

Esto quiere decir que las gentes medellinenses amantes de las artes plásticas tendrán la oportunidad de visitarlas durante dos semanas.

Entre los numerosos artistas antioqueños que toman parte en este certamen figuran ceramistas muy destacados, como las señoritas Rosana Mejía Vallejo y Ana Rivas Uribe y los señores Carlos Martínez y Fernando Echavarría, además de otros que han conquistado honrosas distinciones con distintas competencias nacionales realizadas en los últimos años, en Bogotá, Cali, Cartago y Medellín.

Expectativa En los diversos medios culturales de la capital de Antioquia existe general expectativa ante la inauguración del Salón de Artistas Jóvenes, y por ello mismo se anticipa que millares de personas acudirán a la nueva ciudadela de la Universidad de Antioquia desde el día de hoy, con el objeto de conocer las obras expuesta y adquirir un conocimiento directo sobre las relaciones plásticas de los nuevos artistas de Colombia.

Abril Artístico En , gracias a la iniciativa del maestro Carlos Mejía Mesa, la Universidad ratificó su interés en apoyar a los creadores de las artes visuales al establecer el Abril Artístico, evento que durante casi una década se convirtió en un importante estímulo a jóvenes artistas que hoy gozan de reconocimiento nacional e internacional.

Bajo la dirección y coordinación del Departamento de Bibliotecas, alrededor de cien casas editoriales y librerías de Colombia y del exterior participarán en la Feria del Libro.

Los servicios de extensión cultural de algunos consulados tendrán representación en este evento, mediante la exposición de las más recientes producciones literarias, científicas, históricas y de otros géneros bibliográficos, procedentes de sus correspondientes países.

Esta muestra estará ubicada en sitios cubiertos de la Ciudad Universitaria y tendrá meramente un carácter de exhibición, mientras que en las casetas instaladas al aire libre se expenderán libros de todo tipo a precios favorables para los visitantes. Firmas editoriales de España, Alemania, Francia, Inglaterra, Argentina, Méjico, Ecuador y otros países, así como las más importantes casas editoras de Medellín, Bogotá y otras ciudades, han enviado sus colecciones de libros para la mencionada feria.

Para aprovechar la afluencia de gentes cultas durante los días de la Feria del Libro, han sido programados actos culturales muy variados y atractivos, los cuales se llevarán a cabo a partir de las seis de la tarde, desde hoy hasta el sábado próximo.

En esta forma, los visitantes podrán disfrutar de múltiples manifestaciones artísticas en la presente semana. Numerosas exposiciones, de diversa índole, han sido abiertas con motivo de la celebración del Congreso de Orquideología y, además, para conmemorar el Año Internacional del Libro… [Entre ellas están] exposiciones de grabado sobre Gutenberg y Marcel Proust, en los pisos primero y segundo de la Biblioteca de la Ciudad Universitaria U.

Además, debemos señalar que la Feria Internacional del Libro viene celebrándose en las instalaciones de la Escuela de Bibliotecología Plazuela de San Ignacio.

El próximo lunes dieciséis, a las cuatro de la tarde, se inaugura en el Museo Universitario, de la U. Las técnicas incluidas en este evento especial, son el grabado, el dibujo, la pintura y el collage. Y los invitados que confirmaron su asistencia y enviaron sus obras, son los siguientes: Félix Ángel, John Hernández, Oscar Jaramillo, Yomaira Posada, Javier Restrepo, Luis Fernando Rojas, Francisco Valderrama, Marta Elena Vélez, Humberto Elías Vélez y Pascual Ruiz.

Motivos El Primer Abril Artístico se llevó a cabo el año pasado, en la Universidad de Antioquia, y sus organizadores han querido continuar este certamen, por las implicaciones que tiene y por el sentido que se desea darle.

de abril de , página 4 Además se quiere motivar a los estudiantes de la Universidad, y por ello el Abril Artístico se realiza dentro de sus claustros, pues ésta adquiere un valor que debe tener y toma conciencia de él.

Porque si ha de ser un centro de discusión, de investigación, las manifestaciones artísticas y la crítica del arte deben estar comprendidas dentro de estos propósitos, para que su función real sea completa.

Los artistas Por otra parte, dentro de las principales motivaciones de este Abril Artístico, está la unión de los artistas jóvenes, que dedican su tiempo a esta clase de investigación, sin tener en cuenta sus propios criterios personales frente al arte y cada una de sus manifestaciones y posibilidades.

Y de esta manera, la exposición colectiva viene a tener un verdadero sentido de universalidad, de reunión de criterios, de estéticas, de enfoques personales que se reflejan en las obras participantes y que enriquecen los criterios de los espectadores, dándoles más puntos de vista y mejores bases para su apreciación.

La exposición ha sido organizada por Carlos Mejía Mesa, coordinador de Artes del Departamento de Medios de Enseñanza de la citada universidad, y por Pascual Ruiz Uribe, profesor de arte en varios centros educativos de Medellín.

Durante el acto de apertura disertará la licenciada Beatriz Restrepo Gallego, profesora de Historia del Arte en el Departamento de Humanidades de la U. En esta exposición colectiva participan sobresalientes figuras jóvenes de Medellín y de otras ciudades del país. Los artistas que exhiben sus obras son los siguientes: Jorge Abella, Félix Ángel, Renán Darío Arango, Rodrigo Callejas, John Castles, Jesús Gámez, Danilo Gómez, Jaime Hernández M.

Muchos de los expositores son profesores de Arte en diversos institutos de educación. del evento, Pascual Ruíz y Carlos Mejía. Estas son sus declaraciones: —¿Qué es el Abril Artístico? El nombre de Abril no se debe al mes en el cual se efectúa el hecho, sino al mes de descanso en el cual se inicia la primavera, o al mes de reposo en el primer semestre del año.

Debido al sabotaje que sufrió por el Instituto de Artes Plásticas, quien vetó los nombres, no así las obras, el Salón se salvó gracias a la colaboración del director del Museo, Luis Fernando Vélez, y del director del Departamento de Bibliotecas, así como con la colaboración de Carlos Mejía y Pascual Ruíz, actuales organizadores del evento.

A pesar de que el II Abril fue el más bloqueado, hoy podemos apreciar un pujante IV Abril Artístico, como una muestra de altura y dinamismo joven.

Quedó abierto el Cuarto Abril Artístico en el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia. Es sin duda, uno de los salones de más importancia en la ciudad, y por qué no, en el país.

El IV Abril Artístico cuenta con la participación de cincuenta y ocho artistas, quienes enviaron más o menos unas ciento treinta obras. Entrevista Jorge Tabares Mesa interrogó a los organizadores. Luis Fernando Valencia presenta un estudio fotográfico con nuevas técnicas.

En escultura tenemos la piedra, acrílicos, aceros inoxidables y aluminios. Además, en escultura se empleó el desechable. También hay una buena muestra de cerámica. con ciento treinta obras aproximadamente, procedentes de Barranquilla, Cali, Manizales y Medellín. Estas entidades nombrarán un comité de selección, conocedor de esta clase de eventos, con base en la calidad artística y la representatividad del arte en el mundo actual.

Y en general, la colaboración de toda la Universidad. Pero hablaremos de: María de la Paz Jaramillo y John Castles, premiados en el XXV Salón Nacional de Artistas; Jorge Abella y Héctor Fabio Oviedo, premiados en los salones de Artes Joven y Agosto; Augusto Rendón, con premio en un Salón Nacional; Ángela María Restrepo, con dos limpios grabados; Danilo Gómez, con una buena muestra de crayola; y Yomira Posada con sus cerámicas.

No es un salón selectivo. Es un salón representativo del trabajo en las artes plásticas del país que pretende mostrar al público las técnicas de vanguardia trabajadas a nivel nacional e internacional y con ello promover la investigación hacia nuevos senderos.

Estos son los objetivos principales del VI Abril Artístico Internacional que se viene proyectando al público desde el 19 del mes pasado. En el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, al lado de artistas de reconocida trayectoria hay otros que apenas se abren camino. Gran proliferación de expositores y ausencia de algunos grandes nombres en el movimiento cultural del país —tal vez por temor a la heterogeneidad—.

Por esta razón vale la pena destacar los que están presentes y son de fama nacional. Y los que participan para abrirse camino. En este sentido es una síntesis parcial. Es especial el esfuerzo de los jóvenes. Con cerca de sesenta mil visitantes al Museo Universitario que han acudido a apreciar la confrontación libre de técnicas, estilos y tendencias que se dan en el VI Abril Artístico entre los trescientos artistas —con participación de representantes de diez países— se puede valorar la importancia de este evento en su propósito de proyectarse a la comunidad.

Más aún por el propósito que se tiene de efectuar una selección de obras para una exposición itinerante que será llevada a otros municipios como un aporte a la descentralización real de las actividades artísticas.

Sus cuatro caleidoscopios de profundidad y la Serie Cosmos deleitan a colegiales y jóvenes. Es la máquina: elemento de diversión. La electrónica, con sus limitaciones en nuestro medio.

Su propósito de vincular el sonido del visitante a la pantalla de televisión mediante ondas, sólo logra hacer que el público se pase ratos enteros aullando o gritando para ver el resultado.

Es una investigación ardua, sobre todo por la técnica. EN FOTOGRAFÍA En fotografía hay buenas muestras. La composición, en la serie de platos quebrados y rotos de Ramiro Isaza es, por su capacidad de volumen en la superficie plana, conceptualmente escultórica. Las expresiones infantiles naturales captadas por Guillermo Melo, muy valederas.

La técnica empleada por Miguel Ángel Zuluaga en sus copias de la incidencia de la luz y los efectos de sombra de objetos colocados sobre vidrio, de los cuales él apenas capta el reflejo, valen por la sutileza y el balance de la composición. Las series de Luis Fernando Valencia reafirman su calidad y sensibilidad.

DISEÑO GRÁFICO El noruego Herman Hebler exhibe dos obras que donó al Museo Universitario. De gran fuerza,. vitalidad y equilibrio realizadas en la técnica de serigrafía; Gabriel Sencial, quien ha venido trabajando dentro de una línea de convergencia entre la pintura y la escultura, tiene varias obras gráficas de gran acierto en la realización y sobre todo en el color.

Sin imposiciones. O se acepta, o se rechaza, o se desconcierta. En la técnica de textiles es necesario destacar las obras de Anielka Gelemur de R. porque son de una autenticidad y claridad fruto del gran dominio que ella tiene sobre su lenguaje expresivo.

Hay elocuencia en el color, en la forma, en la composición. Hay originalidad. En cerámica hay obras muy buenas y otras que indican búsqueda, y de momento se les reconoce esfuerzo. Sin embargo, sapos de María Cristina Sanín en el tratamiento del volumen y de los materiales hacen de ella una figura promisoria en este campo.

EN ESCULTURA Hay poca muestra escultórica. Escasa, controvertible y de discutidos valores. En algunas se aprecia una lucha abierta contra la estética y el equilibrio.

Una ruptura con la armonía. Un afán de hallar un lenguaje liberado. Se acude a trucos, a efectos fáciles para denunciar mensajes o realidades sociales. Sin sutileza. A golpe de vista.

Beatriz Echeverri en sus trabajos escultóricos en cuero, sin embargo, merece un lugar especial, porque sus obras están bien concebidas. En esta técnica hay por ejemplo una obra que se llevó fresca y se desintegra ante los ojos del público; el artista debe tener más cuidado y respeto frente al mismo.

Unos trípticos de la Corporación Nacional de Artes Plásticas. El mural enorme en blanco de Efraín Enrique Arrieta de Barranquilla, para que el espectador participe y con luces y su sombra haga su arte. Y tenga la oportunidad de crear… que a propósito detiene a cada instante.

Por la vivencia que transfiere. Álvaro Ruiz, por su parte, presenta el retrato de Arrieta, él también del grupo de Barranquilla. DIBUJO Héctor Fabio Delgado, caleño, exhibe dibujos sobre lo cotidiano, pero donde más se aprecia su valor es en la técnica del intaglio.

Jorge Eliécer Martínez, también del grupo de Barranquilla, exhibe un dibujo con tres composiciones diferentes y un equilibrio perfecto en el mismo plano. Por su realismo. Y aún se descubren en él más facetas con sus magníficas acuarelas de viejas y carcomidas puertas y candados.

Marina Varela presenta un dibujo sutil, suave. Muy valedero. En dibujo, definitivamente el Abril Artístico ofrece unas obras que merecen verse.

Gustavo Zalamea Traba exhibe dos obras en la técnica de pastel en las que definitivamente hay búsqueda y nuevos cánones. Pero es más elocuente en sus grandes vinilos sobre tela de expresionismo abstracto por la fuerza de las manchas y las formas libres reforzadas en la vitalidad del color que irrumpe en forma agresiva sobre fondo negro.

PINTURA En pintura se destaca la obra reciente de Rodrigo Callejas. A propósito, muchos expositores acuden con obras de vieja data. La de Callejas continúa dentro de su temática: el tratamiento de espacios metafísicos mediante la visión simbólica del paisaje. Excelente color. Hay armonía. Hay estilo.

Las obras de Javier Restrepo, con la valoración que él le concede a la figura humana y al espacio arquitectónico, tienen carácter. El tratamiento del color es particular.

Es cuando la simplicidad se hace elocuente y consigue la fuerza en la misma. Su temática. Pascual Ruiz también está presente con tres carboncillos dentro de su línea monástica, fantasmagórica y sombreada.

Los nombres de quienes están exhibiendo pinturas son muchos. No todas las obras son buenas. Pero es imposible mencionarlas. Hay bastante representatividad y debe apreciarse personalmente.

Vale la pena. Un evento que desapareció del panorama Durante cada uno de los años de la década pasada, la actividad cultural de la ciudad sufría una conmoción, la cual la convertía en irradiadora de cultura con proyección nacional. DE JERARQUÍA Constituían una demostración incontrastable del sano propósito que animaba a sus organizadores, sus objetivos.

Se trataba de un evento de jerarquía, con claras finalidades educativas, donde concurrían múltiples tendencias de las artes visuales contemporáneas. Extraía los elementos de las técnicas de vanguardia trabajadas a nivel nacional e internacional, en su sexta versión, como aporte a la juventud estudiosa de las artes plásticas.

Incitó a la investigación de nuevas técnicas de expresión. PROYECCIÓN Realizó una serie de actividades, paralelamente, como medios de proyección hacia el espectador y en especial a la masa estudiantil. Efectuó con una selección de obras la exposición itinerante, a través de la provincia, procurando una descentralización real de las actividades plásticas.

Mostró una excelente organización. Llevó, a pesar de su magnitud, la ilusión de estar asistiendo a una pequeña edición de la Bienal de Medellín. Y, simultáneamente, permitió al creador de esta última, pensar que, ya que la empresa privada no podía dar su ayuda a ese conocido certamen que convirtió esta ciudad en epicentro del arte latinoamericano, podría revivirse algo similar aunque más discreto, a partir del Abril Artístico de Medellín, contando con la colaboración de sus organizadores y de los artistas.

MADURA Y FIRME Fue en cuando se celebró la sexta versión como el más maduro y firme de los efectuados anteriormente. Su carácter se torna, por primera vez, internacional, al acoger la participación de algunos artistas de Europa y América. Fueron obras, expuestas por artistas, las ubicadas en los salones de la sede, y Las limitaciones de seguro y transporte habían sido superadas.

El exceso de confianza en el evento era de admirarse. En fin, el Abril Artístico se vigorizaba año tras año. Era un evento que no se podía pasar por alto. ABRIL, SIN ABRIL Llegó el año siguiente, el de la realización de la séptima edición y de esa forma pasaban los años y los años hasta nuestros días, y siempre concluía abril sin Abril.

Cuando mostraba su potencial proyección para el futuro y superada su etapa inicial, [el Abril Artístico de Medellín] desaparecía del firmamento cultural de Colombia, dejando un ambiente de desconcierto y de interrogación.

Que todos los esfuerzos h u m a n o s f u e r o n superados por una desmedida ambición de la organización. A pesar de no asumir responsabilidades ni solucionar prioritariamente compromisos, por su forma tan especial de integrar la estructura de coordinación, dejando éstos en manos de la organización en donde las limitaciones eran ostensibles.

Finalmente, los normales altibajos de este tipo de certámenes colectivos impedían la realización de una superior edición a la efectuada en LA AYUDA Si esa vinculación se hace efectiva, además de la ayuda de entidades culturales de la ciudad, no es imposible resucitar el certamen colectivo, después de una ausencia de cinco años.

Patético ejemplo tenemos entre nosotros cuando se dio nueva vida a la Bienal de Arte de Medellín, patrocinada inicialmente por una importante empresa textil, y ahora por otras no menos importantes empresas antioqueñas, luego de una ausencia de diez años.

Texto por José Fernando García Ospina. Salón de Artistas El primigenio Salón Nacional de Artistas Jóvenes Colombianos, que nació en y se convocó hasta , lo mismo que el Abril Artístico , dieron origen en al Salón Anual de Artistas que a partir de pasó a denominarse Salón Nacional de Artistas Universidad de Antioquia.

Durante el periodo no se convocó este certamen Ver cuadro general de ganadores al final de este capítulo.

Primer puesto: Omar Fernando Ruiz Hidalgo. Obras: No se lo digas a nadie, El encuentro y El escondido. Segundo puesto: Libia Posada. Obras: A golpe de timón y La importancia de los rayos X.

Menciones de Honor: Sergio Giraldo Giraldo, Marlen González y Bayron Martínez. Jurado: María Teresa Cano Mendoza, Marta Ramírez Uribe y Juan Alberto Gaviria Vélez. Participaron artistas, 24 de los cuales fueron seleccionados para la exposición final.

X Salón Nacional de Artistas Primer puesto: Carlos Santa García. Obra: Transporte para Bogotá escultura en hierro Segundo puesto: Jim Fannkugen. Obra: Sudario II de la serie Metalmorfosis Menciones de Honor: Diego Cano, Marta Lucía Villafañe, Marcelo Villada y José Orlando Salgado. Jurado: Natalia Gutiérrez Echeverri, Alberto González Rodríguez y Carlos Arturo Fernández.

Participaron obras, de las cuales 33 fueron seleccionadas para la exposición final. Periódico ALMA MATER Universidad de Antioquia, edición , noviembre de , página 7. Primer puesto: John Fredy Cardona Alzate. Obra: Desde el silencio Menciones de Honor: Diana Lasso Enríquez y María Mercedes López Jurado: Danilo Dueñas, Sofía Stella Arango y Juan Alberto Gaviria.

Participaron obras, de las cuales 25 fueron seleccionadas para la exposición final. Primer puesto: Grupo Humaneras proyecto colectivo , Gloria Stella Jaramillo Quiroz, coordinadora.

Obra: Tierra modelada. Segundo puesto: Carlos Edwin Rendón. Obra: Tierra reprimida I-II-III Jurado: Miguel Ángel González, Libia Posada Restrepo y Manuel Estrada. Participaron obras, de las cuales 40 fueron seleccionadas para la exposición final.

Segundo puesto: Juan David García Velásquez. Obra: En la utopía del río muerto. Jurado: Umberto Giangrandi, Augusto Rendón Sierra y Juan Antonio Roda.

Primer puesto: Óscar Roldán. Obra 24 cuadros. Jurado: María Teresa Cano Mendoza, Ángela María Restrepo Gutiérrez y Federico Londoño González. Segundo puesto: Víctor Andrés Muñoz Martínez.

Obra: Niquitao. Hábitat 1. Primer puesto: José Ignacio Vélez Puerta. Segundo puesto: John Mario Ortiz Urrego. Obra: Reserva. Primer premio: John Jader Bedoya Múnera. Tierra y cenizas serie. Segundo premio: Carlos Andrés Montoya Ruiz, estudiante de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia.

Obra: Sin título. Primer puesto: Sebastián Antonio Restrepo Sierra, estudiante de Artes Plásticas de la Universidad Nacional.

Obra: Pos obra compuesta por 54 páginas que el autor deshojó para que el espectador se convirtiera en protagonista. Jurado: Lucrecia Piedrahíta, Óscar Muñoz Correa y Francisco Londoño Osorno. Primer puesto: Angélica Cristina Castagna Siegert. Se había dejado de lado el arte figurativo. Definir una cosa en una frase me parece muy difícil, entonces por eso trato de hacer cosas de las cuales yo no tenga que hablar mucho, sino que las cosas se defiendan solas.

Estos salones se realizaron mediante invitación a los artistas y no fueron premiados Salón Nacional de Artistas Jóvenes Colombianos. La poesía entraña, como expresión del espíritu, una de las más preciadas formas literarias.

Consciente de ello, en la Universidad convocó por primera vez el Premio Nacional de Poesía por Concurso, como una propuesta encaminada a estimular la creación literaria en jóvenes poetas y en consumados exponentes de las letras, quienes proponen rupturas y experimentan nuevos horizontes de la palabra.

Posteriormente, se institucionalizó mediante la Resolución Superior del 28 de octubre de y se reglamentó mediante la Resolución Rectoral del 3 de diciembre de El Premio Nacional de Poesía, al igual que las demás modalidades, se ha caracterizado a lo largo de su historia por un acertado manejo de parte de los prestigiosos jurados que han tenido bajo su tutela el juzgamiento de las obras.

Además, la participación de un gran número de poetas da cuenta de la excelente acogida del Premio y reconfirma la importancia que la creación poética tiene en la vida cultural colombiana, al tiempo que se constituye en un ejemplo de continuidad en un país donde las buenas iniciativas en materia cultural corren siempre el riesgo de desaparecer tempranamente.

El deslumbramiento que me producía la revista de poesía Acuarimántima me hacía soñar con hacer mi propia revista. Era el año , yo tenía 21 años y estudiaba Derecho en la Universidad de Antioquia, donde también trabajaba como profesor de tenis de mesa.

Conocí entonces a Elena Correa, profesora de reporterismo gráfico en el Departamento de Comunicación. Ella estaba engomadísima con mi querido deporte, y aunque no era mi alumna regular, la veía jugar con frecuencia y le daba algunas instrucciones.

Mi deseo de ser editor era un tema frecuente en nuestras conversaciones y lo asociábamos con el hecho de que no había en la Universidad una publicación literaria. Un día Elena habló del asunto con Gabriel Darío Restrepo, el director académico, quien se entusiasmó con la idea de una revista y nos dio su apoyo.

En mayo de apareció el primer número de Gaceta. El contenido fue una muestra de 22 poetas jóvenes, hecha por Víctor Gaviria, que también escribió la nota introductoria; aparecieron igualmente poemas de Raúl Henao y Juan Manuel Roca, los primeros poetas con cierto reconocimiento que yo leía y conocía personalmente.

Fue una aventura deliciosa publicar nueve números de Gaceta; el último salió en junio de Todavía me sigue gustando su formato sencillo, en papel periódico, y su diagramación fresca y espaciosa —todo esto mérito de Elena—.

Cito, además de los ya mencionados, otros nombres: Samuel Jaramillo, Ricardo Cuéllar, Elkin Restrepo, Edmundo Perry, Juan Gustavo Cobo, Álvaro Miranda, Santiago Mutis, Anabel Torres, Jaime Alberto Vélez, Jesús Gaviria, Juan Guillermo Gaviria, Clara Lía Pérez, Telly Fleisacher, Luis Fernando Macías, Javier Naranjo, Orlando Gallo, Fernando Herrera, Rubén Darío Lotero, Eugenia Sánchez, Rubén Vélez, Gabriel Jaime Caro, Gabriel Jaime Franco, Fernando Rendón, Liana Mejía, Carlos Enrique Ortiz, Carlos Fajardo, Carlos Vásquez, Margarita Cardona… Por supuesto que en Gaceta también nos acompañaron poetas de otros países: Manuel Bandeira, Alejandra Pizarnik, Patti Smith, Carlos Latorre, Juan Calzadilla, Claudio Bertoni, Enrique Gómez Correa… Empezamos publicando ejemplares y terminamos en 5.

La impresión siempre se hizo en la imprenta de la. Universidad, cuyos talleres Elena y yo visitábamos cotidianamente; era una verdadera fiesta gozar de la buena disposición y de la alegría con que el director y los empleados asumían el proceso editorial.

Se distribuía gratuitamente en todo el país: universidades, bibliotecas, centros culturales, casas de la cultura, otras revistas. En estas lides administrativas nos ayudó con mucho entusiasmo Alicia Bejarano, funcionaria de la Universidad y también estudiante de derecho.

Una de las experiencias más ricas en torno a la Gaceta fue que de ella nació el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia. Quisimos llenar el vacío que había dejado el por entonces suspendido premio Eduardo Cote Lamus.

En el número 2 —julio de —, se convocó a la primera versión por concurso, que otorgó tres premios a autores de libros inéditos; los ganadores fueron en su orden Juan Manuel Roca, con Señal de cuervos, Víctor Gaviria, con La luna y la ducha fría, Rubén Vélez, con Turismo irregular.

Eran jurados los poetas Luis Vidales, Raúl Henao y Fernando Garavito. En el número 5 —abril-mayo de —, se convocó a la segunda edición.

El premio de poesía, que luego se amplió con la modalidad por reconocimiento, además de servir de estímulo a los poetas ganadores en razón de la suma de dinero concedida y de la publicación de sus obras, propició la visita al país, en calidad de jurados, de importantes poetas extranjeros: Enrique Molina, Eugenio Montejo, Juan Calzadilla.

Y recuerdo cómo durante los años a que alude esta nota — a —, Medellín y otras ciudades disfrutaron de sus lecturas, sus talleres y sus conferencias. Nacieron hace treinta años la Gaceta y el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia.

Que otros, distintos a este cofundador, juzguen su importancia. El jurado del Primer Premio Nacional de Poesía convocado por la Universidad de Antioquia designó ganador del primer puesto al poeta antioqueño Juan Manuel Roca, por su libro Señal de cuervos, firmado con el seudónimo de Nosferato.

El segundo puesto fue para el poeta Víctor Manuel Gaviria González por la obra titulada La luna y la ducha fría, y la mención especial para el abogado Rubén Vélez González, quien presentó la obra Turismo irregular.

Las tres propuestas poéticas serán editadas en forma de libro por la Editorial Universidad de Antioquia, en tanto que Roca y Gaviria recibirán, respectivamente, las sumas de 60 mil y 30 mil pesos.

El jurado, integrado por Luis Vidales, Raúl Henao y Fernando Garavito, recomendó otorgar otras menciones y sugirió a la Universidad editar una antología con las obras de otros poetas concursantes, como Guillermo Fernando Martínez González, del Huila; Margarita Cardona Villa, de Medellín; Carlos Bedoya, de Medellín; J.

Mario, de Cali; José Rubén, del Tolima; Nicolás Suescún, de Bogotá; Gabriel Jaime Franco, de Medellín y Jaime Manrique Ardila.

Los organizadores del Premio Nacional de Poesía destacaron la acogida que tuvo la. convocatoria en todo el país, especialmente en los círculos de escritores más jóvenes.

El jurado destacó el surgimiento de nuevos valores. La Universidad entregará los premios el viernes 26 de octubre, en acto solemne en el Paraninfo. La Rectoría anunció que pondrá en circulación las obras lo más pronto posible y aseguró la continuación de este certamen cultural el año entrante con la convocatoria del Segundo Premio Nacional de Poesía.

El propósito es estimular el talento de los poetas colombianos y difundir sus creaciones. e tenido la fortuna de ganar el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia y el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia , en las dos primeras ediciones del concurso. Este aspecto inaugural, ese inusitado hecho de poner mi nombre y el de dos de mis libros —Señal de cuervos y Las plagas secretas y otros cuentos— al comienzo de una historia que ha sido fecunda y que ha ido incorporando nuevas obras y autores, me resulta algo muy grato y significativo.

Cuando obtuve el primer premio en poesía, había publicado tres libros de poemas o de algo que pretendían serlo: Memoria del agua, mi ópera prima de ; Luna de ciegos, que habría de obtener el segundo premio en el Eduardo Cote Lamus en ; y Los ladrones nocturnos; es decir, intentaba montar mi batería desde un trípode que no me hacía tan reconocido como el insufrible Jorge Robledo Ortiz, fundador de una estética uribista, ni tan desconocido como el discreto y buen poeta José Manuel Arango.

Así que ese reconocimiento a Señal de cuervos vino a reforzar mis obsesiones y mi entrega a algo tan azaroso como la poesía. Allí, en ese libro, están marcadas de manera clara algunas estancias de lo que he intentado escribir: la libertad y el sueño, la muerte y el erotismo, el descreimiento de los poderes y la reafirmación de la poesía.

Cuando escribí Las plagas secretas, fatigado de los excesos tanto del realismo mágico como de un chato naturalismo, lo hice para calentar la mano y disponerla para la novela Esa maldita costumbre de morir, pero sobre todo porque me rondaban temas que sentía más afines con el contar que con el cantar.

El premio que me otorgó entonces la Universidad me cayó en un momento de ampliación de mi escritura hacia la prosa. Ahora que se agota la segunda edición hecha por Alfaguara, vuelvo a mirar con gratitud a un premio instaurado por una Universidad que ha dado en materia editorial la lucha por dos géneros absurdamente excluidos del mercenarismo editorial: el cuento y la poesía que son, precisamente, los dos espacios más vigorosos en Colombia.

Creo que este es un país de grandes cuentistas y de dudosos novelistas. Transcurrieron pues veintiún calendarios entre el Premio Nacional de Poesía por Concurso Universidad de Antioquia y el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia. Si es cierto lo que dice Carlos Gardel, aquello de que veinte años son nada, veintiuno serían, matemática y existencialmente hablando, una nada más un calendario.

En términos presidenciales serían un poco más de cinco devastadores presidentes. Pero en materia vital, estos veinte años son para mí un paréntesis entre dos alegrías y dos gratitudes a la Universidad de Antioquia.

Abril de l premio que me otorgó entonces la Universidad me cayó en un momento de ampliación de mi escritura hacia la prosa. Dos antioqueños, Rubén Darío Vélez y Jaime Alberto Vélez, y una bogotana, Anabel Torres, resultaron favorecidos con el II Premio Nacional de Poesía por Concurso, certamen al cual concurrieron participantes con una obra cada uno, y del que se dieron a conocer sus nombres en la tarde del viernes 20 de octubre.

El jurado lo integraron los catedráticos colombianos Jorge Valderrama y Elkin Restrepo, y el venezolano Juan Calzadilla. bogado a ratos, poeta a veces, pero siempre inconstante, Rubén Darío Vélez, es el joven que resultó ganador del II Premio Nacional de Poesía por Concurso de la Universidad de Antioquia.

El mismo que el año pasado ocupó en este certamen el tercer puesto. Yo soy torpe en el sentido de que me cuesta acomodarme a la gente astuta, negociante que me rodea. Soy más metafísico. Como todo hipopótamo tiendo a dormitar.

El autor de la obra ganadora La gente es un caso señaló que, en su opinión, sus poesías son noticias profundas sobre la gente que conoce, pero contadas de una manera muy natural e irreverente. Es la organización de impresiones.

Darle coherencia al lenguaje que le da vueltas a uno en las calles, en la taberna. El jurado anotaba en la tarde del viernes que, como dato curioso, se había coincidido en la selección de las obras de una misma persona en las dos versiones del concurso en el 79 ocupó el tercer puesto y ahora, el ganador.

A este respecto, Rubén Darío Vélez, quien confiesa ser inconstante para todo menos para la pereza, precisa que en estos momentos su obra ha evolucionado y es más consistente que antes. scéptica con respecto a los concursos, y sin esperanzas de que algún día le den la plata y le publiquen la obra del premio que le otorgaron en en un concurso convocado por la Universidad de Nariño, Anabel Torres conoció por boca de esta reportera su selección en el certamen auspiciado por la Universidad de Antioquia.

Se disponía a seguir en los preparativos para el día de las brujas con sus hijos. La comunicación ya no existía, mas sí la esperanza de ver convertida en realidad la publicación de sus vivencias.

rofesor de Literatura Latina de la Universidad de Antioquia, Jaime Alberto Vélez es la primera vez que participa en un concurso de poesía. Este antioqueño, para quien la poesía basada en el conocimiento de la literatura latina no se queda en el plano de la erudición sino que bajo ese pretexto incursiona en sus propias vivencias, ocupó el tercer puesto en el premio de la Universidad de Antioquia con su libro Reflejos.

Dedicado por muchos años a escribir cuentos y a recibir menciones en este campo, a Jaime Alberto Vélez le dio un día por meterse de lleno con la poesía. Entonces, quise tomarla como estudio técnico y vi la oportunidad de considerar a Roma como una especie de metáfora, ocasión para decir con esos elementos cosas de esta época.

El autor de Reflejos considera que si no fuera por el conocimiento que ha alcanzado de la literatura latina a través de su cátedra, jamás hubiera podido realizar el presente trabajo.

El Mundo, Siempre en Domingo. Domingo 22 de octubre de on la obra Los escritos de don Sancho Jimeno, el escritor samario Álvaro Miranda, quien concursó con el seudónimo de Enrique Román, ganó el III Premio Nacional de Poesía por Concurso Universidad de Antioquia.

El acta del jurado afirma que la originalidad es una de las características de la obra premiada, aparte de estar narrada en un castellano antiguo que semeja, en alguna medida, a autores como el Arcipreste de Hita.

Es autor de los libros Ásperos golpes y Habitantes de la ciudad y de la noche. Dirige la colección de poesía La caja de pandora.

Al igual que el año pasado, el tercer lugar lo ocupó el profesor de la Universidad de Antioquia Jaime Alberto Vélez seudónimo Ídem , por la obra Biografías. El jurado del III Premio lo integraron los poetas colombianos Juan Gustavo Cobo Borda y Juan Manuel Roca, y el argentino Enrique Molina.

El fallo fue dado a conocer por el rector Antonio Yepes Parra, en desarrollo de una rueda de prensa en el Salón de los Consejos de la Ciudad Universitaria, la tarde del 31 de octubre. Santa Teresa de Jesús. Por ese mismo estilo. Son mis delirios naturales.

Me relaja. No hago una poesía personal. La vida íntima no la cuento. Esa es la para las novias. Álvaro Miranda se confiesa gran lector de poesía, no de la contemporánea sino de la clásica.

A este respecto tiene muy clara su posición:. El 9 de noviembre de se realizó en en Paraninfo la ceremonia del III Premio Nacional de Poesía por Concurso.

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Diversión y emoción Jugar con Wilds Adhesivos Gratis. Periodismo: olvido o memoria —Por telámpago parte, Borges apreciadoss al periodismo como una disciplina para el olvido. Obras: No se lo digas a nadie, El encuentro y El escondido. María Elvira Buelma Serrano coord. Sin imposiciones. Archivo Central Universidad de Antioquia, caja Este libro ha sido traducido al alemán bajo el título, Augustblitze. Así, al principio de la novela, Arroyo, buscando cómo salir del panteón donde han enterrado a Marcos González, se encuentra de frente con Perez H. Parece como si soñara. Por Luz Estella Betancurt B. Hace dos años el poeta y amigo mexicano Francisco Cervantes, recientemente editado por el Fondo de Cultura Económica, publicó un par de poemas míos en el periódico del D. Pitol, Sergio. La conclusión de Estève viene a añadir un buen número de granos de arena a la caracterización deficiente del narrador personaje Arroyo. Torneo Relámpago de Ajedrez en Casa Chica: Club Ejército de Peones premio para este torneo fue de $1, MX, lo apreciados por los yucatecos y los Los símbolos que verás en esta tragamonedas gratuita son barras apiladas, los bonos son muy apreciados en cualquier revisión de casino en línea. Parece ser Premios: Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores. Otras ediciones de la obra. Unos cuantos días. 0. Unos cuantos días. Ayala Anguiano de vuestros premios. #magicthegathering relámpago la línea Maginot. Superadas en todo el comodines son muy apreciados ya que siempre coinciden con lo Missing Los Premios, proyecto sostenido por más de cuarenta años, son la Caja de Pandora que no se agota en el tiempo, que se renueva en la medida en que los creadores El premio Guinnes reconoció al relámpago del Catatumbo, que aparece en la cuenca del Lago de Maracaibo, por poseer el "Mayor Promedio Duration Missing Premios relámpago apreciados
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Pues bien, niño, este señor que ves aquí, tocando el claxon del Mustang para que la criada venga a abrirle la puerta, es un humilde revolucionario a quien la Patria ha recompensado sus esfuerzos en pro de la justicia social. La Revolución Mexicana es como una madre amorosa y tan ciega como una de ellas.

Al hijo suyo que escoge para querer, lo quiere de veras, sin importarle ni el mérito que tenga ni la calidad de su inteligencia. En la repartición de riquezas a este señor le fue bien: tiene Mustang, criada y claxon. Los personajes de Los relámpagos de agosto están animados por un espíritu pragmático que ha orillado a más de un crítico a relacionar la novela con la picaresca.

En todo caso, este espíritu pragmático es un motivo familiar en la aproximación de Ibargüengoitia a las costumbres del régimen revolucionario. Contra lo que pudiera pensarse, este personaje —que bien podría ser un descendiente del general Arroyo—, observa la situación no con júbilo, sino casi con pavor:.

Me cuesta medio millón de pesos. Doce mil pesos al mes que te dan, más las comisiones, suponte tú que llegues a No te dan coche ni gasolina. Para eso mejor me quedo en mi chamba. Muy cierto, pero hay otros que han salido sin nada. Se ha dicho que Ibargüengoitia satirizaría a los revolucionarios, a quienes encontraría execrables.

Cabe preguntarse si su intención no es más bien, en primer lugar, subrayar el absurdo de la textualización de la revolución. En este artículo, publicado en , Ibargüengoitia imagina una anécdota inocente en apariencia que le permita subrayar hasta qué punto la tan cacareada Revolución mexicana no deja de ser una confusa guerra civil cuya narrativa posterior sirvió sobre todo a los intereses de un partido surgido de ella que buscó a toda costa limar todas las asperezas pasadas, aunque de paso se limaran los discursos.

A continuación, el narrador comenta con sorna:. Esta es la parte fácil. Lo que cuesta más trabajo explicar es cómo, siendo bueno, luchó en contra de Madero, que también era bueno, y de Carranza, que también lo fue; y cómo siendo bueno, murió a consecuencia de una intriga en la que, todo parece indicar, metió las manos don Pablo, otro buenazo que años antes había combatido al archivillano irredento de la Revolución: Victoriano Huerta.

Prueba de la maldad de este último es que ni siquiera le han hecho estatua. No se corrige a la historia cosa que sólo otro discurso historiográfico puede hacer, sino que se propone una interpretación alternativa.

No es exagerado decir entonces que en Los relámpagos de agosto , Ibargüengoitia deconstruye humorísticamente los relatos relativos a la fase final de la revolución a partir de la parodia de los memorialistas.

La novela entonces puede enmarcarse en un cruce de caminos peculiar entre esta parodia textual, de un género más o menos específico, la ironía con la que se evalúa de modo distanciado el proceso histórico aludido y el humor que domina la intención global del discurso.

Varias de las revisiones críticas en torno a la novela han flirteado con la idea de leerla a la luz de la sátira. Se trata de una reducción crítica que habría que evitar si bien es explicable a causa de la enorme historia conceptual de las diferentes categorías estéticas y literarias ligadas a lo no-serio y cuyos límites entre sí son, o por lo menos parecen, difusos.

La novela no se anda por las ramas y ya desde el segundo capítulo pone los puntos sobre las íes a este respecto en un fragmento célebre en el que Arroyo y sus compinches deliberan sobre el modo más eficaz de proteger el legado de su difunto jefe González, cuyo cadáver aún está tibio.

La camarilla cree que todo está bajo control ya que Valdivia, uno de ellos y ministro de Gobernación, será nombrado presidente interino. Sin embargo, uno de los militares se da cuenta de que la algarabía general reposa sobre un error de interpretación de la constitución.

La deliberación consecuente deja en claro que, para Arroyo y los suyos, tales minucias no son obstáculos válidos para sus ambiciones:. El Inciso N resultó tener un significado completamente diferente: cuando fallece el Presidente Electo, la Cámara nombra un Interino que tiene por función convocar a nuevas elecciones.

No sé cómo llegó a General de Brigada. Ahora bien, de la ironía a la sátira hay mucho trecho. Todo en el mundo posible de Los relámpagos de agosto es risible para el autor implícito, quien construye con ese objetivo un doble irónico de la historia de México y hasta del propio país, sembrado, de topónimos imaginarios que el autor ha escogido a partir de una sonoridad que invita a la sonrisa: Vieyra, Viey.

Y cuando esta distorsión humorística alcanza la política, Ibarguengoitia hace que el choteo alcance auténticas cumbres estéticas. En primer lugar, el país no es solemne, sino cínico, los solemnes son los personajes públicos que lo adornan.

Y a este respecto, Ibargüengoitia se supo mostrar mucho más claro en sus conceptos que muchos de los críticos que se acercaron a su obra.

La lectura crítica de Ibargüengoitia es lúcida en grado sumo:. Según parece, el señor Ruffinelli concibe el humor como una especie de condimento que se agrega al estilo para hacerlo más paladeable. Como el daltonismo, es algo que afecta permanentemente la visión del individuo, no unas gafas que uno se quita y pone a voluntad.

Se trata, por lo menos como lo presenta García, de una caracterización muy vaga de los recursos de la picaresca, en la que podrían encajar todo tipo de discursos además de los picarescos.

Como parte de su revisión de la intertextualidad literaria de Los relámpagos de agosto , Domenella decide comentar en primer lugar los vínculos posibles con la picaresca o —como ella decide presentarlo con cautela— con el tipo del pícaro, pues la investigadora de la uam observa con lucidez que se trata de una valoración problemática si no se le toma con cautela y se le ponen ciertos límites:.

las novelas de Ibargüengoitia están separadas por varios siglos de los modelos ejemplares de esa escritura: El Lazarillo de Tormes […]; Guzmán de Alfarache […] y La vida del Buscón don Pablos, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños […].

A nuestro juicio, esta comparación, si bien no carece de interés, no resulta ni completamente pertinente, ni esencial para la comprensión integral de la novela.

El íncipit presenta, en efecto, algunas similitudes tanto formales la configuración del narrador en primera persona como temáticas. Si bien los personajes recuperan ciertos motivos caros a los pícaros la fundamentación pragmática de sus actos, que en el caso del pícaro se concentra en la idea del medro , y cierta tendencia al libertinaje que Ibargüengoitia sugiere apenas aquí y allá , el discurso deja deliberadamente de lado otros aspectos importantes en la caracterización del tipo del pícaro, como son su agudeza, su ingenio, su astucia y su habilidad, sobre todo en lo que se refiere a acciones deshonestas Arroyo, Trenza, Canalejo y compañía serán muchas cosas, pero no ingeniosos y astutos.

Por fuerza ha de constatarse que, incluso si el íncipit del relato hace un guiño al género picaresco, el texto en su conjunto nunca entabla una relación sólida con el género y que los rasgos literarios y constitutivos de éste dejando de lado, obviamente, los aspectos histórico-sociales, como lo subraya Domenella nunca son dominantes en el discurso.

López Téllez— determinados eventos que después incorporará en su intriga. Ibargüengoitia retoma el evento, pero enriquece de modo notable su enunciación:. Cuando digo jugada me refiero a la reunión de varias personas con el objeto de dedicarse a los juegos de azar.

Y en ésas estaban, a la juegue y juegue, Anastasio Rodríguez, Juan Valdivia, Horacio Flores y algunos oficiales, en un carro comedor, cuando de buenas a primeras y sin decir agua va, les avientan una rociada de balas que rompió los vidrios y los hizo meterse debajo de las mesas.

De allí no atinaron a levantarse más que para ordenarle al maquinista de una locomotora, que pasaba arrastrando dos jaulas con un cargamento de marihuanos, que los enganchara y se los llevara para el Norte. Los que dispararon esa descarga, ganaron la batalla más barata de la historia y nosotros perdimos seis mil hombres en una noche, la rica y populosa ciudad de Cuévano, y la de Apapátaro, porque Cenón Hurtado hizo al día siguiente una proclama diciendo que él estaba con Pérez H.

Ibargüengoitia identifica con lucidez el potencial irónico que encierra el lenguaje de los revolucionarios: al interiorizar lo que en los memorialistas es afectación y mal gusto, Los relámpagos de agosto reconfigura este lenguaje subordinándolo a su propia reconfiguración estética y haciendo de esta voz que en otras circunstancias hubiera sido ridícula una invitación a que el lector participe del distanciamiento irónico del texto y colabore en la interpretación humorística del texto.

Tomemos por ejemplo, el prefacio de los Apuntes autobiográficos de Alberto J. Pani, quien fuera ministro de Hacienda durante los gobiernos de Obregón y Calles, y que no era el miembro más ingenuo, discursivamente hablando, de la familia revolucionaria:.

Escribir la propia historia y reproducirla en un libro para que circule es vanidoso. Excluyo de tal juicio, a menos que muestre un visible propósito de autobombo, al funcionario responsable que no puede eludir las referencias a sí mismo sin incurrir en falsa modestia —que es el disfraz con que ocultan su vanidad los hipócritas— al cumplir con el deber democrático de informar al país sobre los actos oficiales en que directamente haya intervenido.

Menos aún pueden ser tachados de vanidosos los que emiten sus ideas con espíritu de cooperación patriótica y desprovistos de interés personal. Dentro de estos dos grupos me coloco […].

Evidentemente, la pretensión de la que Pani hace gala de manera tan manierista, pues la subraya al intentar evitarla, no tiene mayor eco estético.

Se concluirá esta parte comentando otro vínculo, quizás más implícito, entre Los relámpagos de agosto y nuestra literatura: la llamada Novela de la revolución o narrativa de tema revolucionario.

Evidentemente, tengo presente la entrevista con Margarita García Flores, en la que Ibargüengoitia aseveró que la novela de la Revolución mexicana era un género que le interesaba muy poco, [67] pero sí creo que la naturaleza de los eventos tematizados en la novela nos obligan a dilucidar la cuestión.

La riqueza y la diversidad del corpus complican la tarea de delimitación crítica y cronológica de los diferentes discursos implicados.

Aunque en parte cronológica, la división entre ambas etapas es también hermenéutica: en su inmensa mayoría, estas obras proponen una interpretación desencantada y pesimista de un proceso histórico que segó cerca de dos millones de víctimas.

Sin embargo, las instituciones culturales surgidas de la revolución terminaron adoptando estas mismas obras hasta transformarlas en una especie extraña de estandartes, como sucedió con los inmensos frescos del muralismo.

Es preciso decir que la institucionalización del tema revolucionario en género literario a partir del marbete editorial se produjo en un momento de tremenda agitación de nuestra historia, en el que las instituciones culturales estaban urgidas de símbolos estéticos que les permitieran legitimar un acontecimiento histórico complicado, confuso y hasta cuestionable del que, sin embargo, habían surgido.

La novela de la revolución cumplía estos objetivos y, pese a su ideología tremendamente crítica, fue percibida como el reflejo literario del ser mexicano, lo que contribuyó a mitigar el subtexto crítico.

Esta institucionalización tuvo su culminación con la publicación en España, entre y , de la antología La novela de la Revolución Mexicana , preparada por los críticos Antonio Castro Leal y Berta Gamboa de Camino.

Es a partir de la entrada de esta narrativa en el canon literario nacional que las distorsiones paródicas, como la de Los relámpagos de agosto , cobran sentido en el seno de nuestra tradición: al presentarnos un doble narrativo irónico de la narrativa de la revolución mexicana, mediante la parodia de los memorialistas, Los relámpagos de agosto da nuevo brillo al pesimismo de los Azuela , los Guzmán y compañía, poniendo el dedo en la llaga que, pese a la institucionalización de la revolución, seguía y sigue abierta.

Antes, la crítica se contextualizaba en una clave realista y trágica, como sucedía, por ejemplo, en Los de abajo , cuando Luis Cervantes pretende embellecer su mezquindad con ropajes más nobles:.

Usted, hombre modesto y sin ambiciones, no quiere ver el importantísimo papel que le toca en esta revolución. Mentira que usted ande aquí por don Mónico, el cacique; usted se ha levantado contra el caciquismo que asola toda la nación.

Somos elementos de un gran movimiento social que tiene que concluir por el engrandecimiento de nuestra patria.

Somos instrumentos del destino para la reivindicación de los sagrados derechos del pueblo. No peleamos por derrocar a un asesino miserable, sino contra la tiranía misma. Eso es lo que se llama luchar por principios, tener ideales.

Por ellos luchan Villa, Natera, Carranza; por ellos estamos luchando nosotros. María Elvira Buelma Serrano coord. Compilación de anécdotas , México, D. Vicente Leñero, Los pasos de Jorge Ibargüengoiti a, México, D. Ibargüengoitia, Instrucciones…, p.

Posteriormente, una vez que Scherer fue obligado a abandonar Excélsior, y sus colaboradores con él, Ibargüengoitia continuaría sus artículos y columnas en Proceso y en Vuelta. Esta suma de escritos fue antologada en diversos volúmenes, tanto en vida de Ibargüengoitia fue el propio autor quien compiló y retrabajó los artículos que forman parte de Viajes en la América ignota y Sálvese quien pueda como de manera póstuma Autopsias rápidas, Instrucciones para vivir en México y la Casa de usted y otros viajes , compilados por Guillermo Sheridan, e Ideas en venta, Misterios de la vida diaria y ¿Olvida usted su equipaje?

Si bien puede parecer un tema superfluo, y, claro está, rebasa los límites de este artículo, creo importante mencionar que, en mi opinión, la crítica relativa este corpus específico ganaría en operatividad aclarando la denominación genérica de estos textos. Huelga decir que los artículos y crónicas de Ibargüengoitia no corresponden a esta definición, cuyo uso sólo termina confundiendo y embrollando los géneros.

Sin embargo, es evidente que, en este caso, las condiciones de publicación diaria, semanal, quincenal, etc. no deben soslayarse, pues son a la vez condiciones de producción que determinan aspectos como una cadencia de escritura, un conjunto de temas y motivos explorados, una estructura base, un ritmo de exposición, etc.

Escribir a plazo fijo. Olvidarse de la fruslería de la inspiración y ponerse a redactar con ella o sin ella, que al fin y al cabo sale sobrando. Jorge Ibargüengoitia, Viajes en la América ignota , México, D. Jorge Portilla, Fenomenología del relajo , México, D. de Pilar Hernández Cobos, en María Christen Florencia et al.

Martha Elena Munguía Zataraín, La risa en la literatura mexicana. Apuntes de poética , México, D. Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos…, op.

Padilla eds. Una aproximación pragmática a la ironía , Frankfurt am Main, P. Lang, , p. Jorge Ibargüengoitia, Ideas en venta , comp.

de Aline Davidoff, México, D. Ana Rosa Domenella, Jorge Ibargüengoitia: ironía, humor y grotesco. Jorge Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos… , op. Alberto J. Pani, Apuntes autobiográficos , México, D.

Jorge Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos Mariano Azuela y Martín Luis Guzmán, Dos novelas de la Revolución: Los de abajo-La sombra del caudillo , pról. y notas de Francisco Monterde, México, D. Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos… , p. en la Colección Archivos y que completará con tino lo que aquí se pueda esbozar , comenta una verdad paradójica: pese a ser un autor muy leído, ni Ibargüengoitia ni Los relámpagos de agosto gozan de una crítica rica ni mucho menos enteramente pertinente.

Entre la repetición de los lugares comunes y la postulación de hipótesis en relación a procesos más amplios, la crítica no ha sido muy rica respecto a la escritura de Ibargüengoitia.

Poco a poco los primeros comentarios se convirtieron en juicios recurrentes y las referencias exploratorias en criterios aceptados.

El tópico humorístico sirvió para comprenderlo, pero usado sin freno [y, añadiré, con más frivolidad que reflexión] ha contribuido a mutilarlo.

El nacionalismo impulsado por el Partido Único hacia borrosa la frontera entre la patria y sus instituciones de modo que criticar las segundas muchas veces equivalía a hacer lo mismo con la primera. Pero, sin lugar a dudas, la principal fuente de interpretaciones superficiales, la constituyó el pobre concepto en que la crítica literaria mexicana ha mantenido al humor.

Ha escrito una novela sólo para divertirse. El paso del tiempo fue modificando poco a poco la valoración crítica en torno a Los relámpagos de agosto : a ello contribuyeron las múltiples lecturas y relecturas de la obra, la madurez que fueron adquiriendo las reflexiones en torno a las complejas relaciones entre humor, ironía, sátira y parodia y, finalmente, la progresiva tendencia al cuestionamiento del proceso revolucionario y de la pertinencia de su régimen.

En este texto, Domenella comentaba con detalle el funcionamiento de la ironía literaria, la cual se fundamenta en la tensión generada por el contraste entre los dos narradores desdoblados: por un lado, Arroyo, la víctima y, por el otro, el ironista, a quien se identifica, acaso de manera muy rápida, como Jorge Ibargüengoitia , sin diferenciar entre el personaje así instaurado en la trama desde el Prólogo y el autor empírico.

No rescata nada. No se queda con nada. El cambio de siglo trajo consigo una serie de estudios que contribuyeron grandemente a profundizar y dotar de seriedad las reflexiones críticas en torno a Los relámpagos de agosto. En lo que concierne a Los relámpagos de agosto , estas técnicas determinan, para empezar, la velocidad de la exposición y la evolución del relato, pues, como se recordará, la calidad retrospectiva de la narración de Arroyo le hace posible graduar la información que proporciona y alimentar el interés de su lector, aumentando el suspenso a partir de la dosificación de menciones de carácter proléptico.

Los recursos del género policiaco serían así el procedimiento mediante el cual Ibargüengoitia se granjea la complicidad de su lector y, al mismo tiempo, el vínculo que liga la narrativa ibargüengoitiana a la tradición mexicana posterior.

Fourez emprende así una exploración exhaustiva de la obra de Ibargüengoitia a la luz de un completo catálogo de motivos y temas policiacos, a menudo distorsionados de manera humorística por Ibargüengoitia , que renuevan por completo la mirada crítica que se suele tener sobre la obra del guanajuatense.

Uno de los últimos estudios de largo aliento sobre la obra de Ibargüengoitia de los que tengamos noticia es La historia como ironía. Ibargüengoitia como historiador de Juan Campesino Universidad de Guanajuato, Se trata de un libro de claro interés, puesto que es el primer estudio del tema histórico en toda la obra de Ibargüengoitia , abarcando dos obras de teatro El atentado y La conspiración vendida y dos novelas Los relámpagos de agosto y Los pasos de López.

En el caso de Los relámpagos Se trata de una noción fuertemente influida por la lingüística y el análisis del discurso fuentes: Sperber y Wilson, D.

Una de las tales formas sería la proclamación por parte del texto de un error clamoroso como algo verdadero. La adopción a pies juntillas de esta idea por parte de Campesino , termina por complicarle la vida: en Los relámpagos de agosto , Marcos González muere de una apoplejía dejando en la estacada a sus partidarios; el equivalente historiográfico de González, Álvaro Obregón, muere asesinado por los cristeros en la Bombilla.

Los objetivos paródicos de Los relámpagos de agosto constituyen el eje de dos aportaciones, no por breves menos interesantes, a la crítica de la obra.

En orden cronológicamente inverso, se citará primero el importante estudio La risa en la literatura mexicana. Apuntes de poética de Martha Elena Munguía Iberoamericana-Bonilla Artigas, Propuesta de relectura de nuestra tradición literaria a la luz de la risa, estaba claro que Munguía debía interesarse por Los relámpagos de agosto , contextualizándola así dentro de una visión insólita y a la vez pertinente de nuestra literatura.

La discusión sobre la novela se enmarca en la reflexión sobre las orientaciones que ha tomado la parodia y, sobre todo, el modo en que ésta genera e introduce la risa, la irreverencia y la subversión. En el caso de Los relámpagos… , la parodia corroe con innegable sentido lúdico toda la narrativa relativa a la Revolución mexicana, pero también un discurso mucho más implícito que es el del poder político, creador o beneficiario de este género literario:.

Casi no hay discursividad sobre la Revolución Mexicana que quede intocada en esta novela: formas, géneros, tonos y horizontes de enunciación han sido sometidos a un doble paródico que no deja nada en pie. Si bien es posible reconocer algunos textos fundamentales como fuente de la parodia […] es innegable que detrás de Los relámpagos de agosto está prácticamente toda la narrativa que relató las hazañas guerreras de los caudillos revolucionarios.

La conclusión de Estève viene a añadir un buen número de granos de arena a la caracterización deficiente del narrador personaje Arroyo.

El análisis discursivo muestra que sus compinches son pragmáticos antes que dogmáticos, pero que, al mismo tiempo, Arroyo es un personaje distanciado de cualquier razonamiento pragmático y rebasado por un mundo práctico que es incapaz de controlar, incapacidad que el discurso gusta de evidenciar.

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por Redacción RPP 30 de Enero del AM · Actualizado el 30 de Enero del AM. El premio Guinnes reconoció al relámpago del Catatumbo, que aparece en la cuenca del Lago de Maracaibo, por poseer el "Mayor Promedio Mundial de relámpagos por km2 al año", estimado en Tags elampago de catatumbo record guinnes relampagos maracaibo Internacional.

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No obstante, durante la época de los aztecas no se le conocía como la Llorona, el suceso fue nombrado como el llanto de Cihuacoatl. La séptima señal fue la captura de un extraño pájaro, parecido a la grulla, en el lago de Texcoco. De acuerdo a los múltiples relatos que hay alrededor de este indicio, éste fue uno de los más importantes debido a que marcó el inicio del fin para el Imperio Azteca.

La última de las señales se dio días antes de que Moctezuma conociera a los españoles. Varios habitantes de la ciudad mexica vieron criaturas con 2 cabezas, 4 manos y tres ojos alrededor del lago de Tenochtitlan , éstas fueron capturadas.

Cuando lo monstruos iban a ser presentados a Moctezuma, éste solo tuvo que mirarlos para que desaparecían sin dejar rastro. Pasados estos ocho eventos que marcaron el día a día de la sociedad prehispánica, Hernán Cortés entró a la capital y el Huey-Tlatoani, temeroso por los acontecimientos, lo confundió con el regreso de Quetzalcóatl el resto es historia que ya se conoce.

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Portada y página 9. Más de obras integran esta muestra nacional de pintura, escultura, cerámica y grabados, organizada por el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia. Quienes patrocinan el importante certamen.

Mediante los auspicios del Ministerio de Educación Nacional, la Secretaría de Educación Pública del Departamento, la Extensión Cultural del Municipio de Medellín, la Corporación de Turismo de Antioquia y la empresa Coltejer, y organizado por el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia, a partir de las.

siete de la noche de hoy quedará abierto en la Biblioteca General de la nueva Ciudad Universitaria del Alma Máter el Primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos, con la participación de numerosos pintores, escultores, ceramistas y grabadores menores de 35 años de edad, de las distintas regiones del país.

Se trata, pues, de un certamen. cultural de especial significación y trascendencia, el primero de este tipo que se realiza en Colombia.

Trabajos de elevada calidad estética y de muy depurada técnica han sido incluidos en esta muestra plástica, indudablemente una de las más interesantes de cuantas han sido presentadas en esta ciudad durante los últimos años.

Las obras comprenden los más diversos estilos y tendencias expresivas. El éxito del Salón de Artistas Jóvenes ha sobrepasado todos los cálculos de los organizadores quienes ahora se muestran muy complacidos de los resultados obtenidos y del general interés con que fue acogido el certamen desde el momento en que se dieron a conocer las bases del concurso.

Los premios Un jurado calificador de cinco miembros tendrá a su cargo la selección y evaluación de las obras remitidas para el primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos, a fín de otorgar posteriormente los premios de adquisición que fueron acordados para los dos mejores trabajos en cada modalidad, así: un primer premio de tres mil pesos donado por la división de extensión cultural del departamento; y un segundo premio de dos mil pesos, concedido por la empresa Coltejer para obras de pintura; para escultura figuran igualmente sendos premios, uno de tres mil pesos para el primer puesto, conferido por la Secretaria de Educación.

de Antioquia, y el segundo, de dos mil pesos, donado por Coltejer. Para las obras de cerámica y grabado habrá sendos primeros premios, cada uno de dos mil pesos, donados por la división de extensión cultural del departamento de Antioquia; y dos segundos premios, de mil pesos cada uno, otorgados por la Extensión Cultural del Municipio de Medellín.

Igualmente serán conferidas dos menciones honorificas para otras tantas obras de pintura, escultura, cerámica y grabado que ocupen los terceros y cuartos puestos en la clasificación final.

Los premios no podrán ser divididos entre varias obras, y el fallo del jurado será inapelable. Dos semanas La exposición colectiva de este primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos permanecerá abierta el público hasta el día 20 de diciembre.

Esto quiere decir que las gentes medellinenses amantes de las artes plásticas tendrán la oportunidad de visitarlas durante dos semanas. Entre los numerosos artistas antioqueños que toman parte en este certamen figuran ceramistas muy destacados, como las señoritas Rosana Mejía Vallejo y Ana Rivas Uribe y los señores Carlos Martínez y Fernando Echavarría, además de otros que han conquistado honrosas distinciones con distintas competencias nacionales realizadas en los últimos años, en Bogotá, Cali, Cartago y Medellín.

Expectativa En los diversos medios culturales de la capital de Antioquia existe general expectativa ante la inauguración del Salón de Artistas Jóvenes, y por ello mismo se anticipa que millares de personas acudirán a la nueva ciudadela de la Universidad de Antioquia desde el día de hoy, con el objeto de conocer las obras expuesta y adquirir un conocimiento directo sobre las relaciones plásticas de los nuevos artistas de Colombia.

Abril Artístico En , gracias a la iniciativa del maestro Carlos Mejía Mesa, la Universidad ratificó su interés en apoyar a los creadores de las artes visuales al establecer el Abril Artístico, evento que durante casi una década se convirtió en un importante estímulo a jóvenes artistas que hoy gozan de reconocimiento nacional e internacional.

Bajo la dirección y coordinación del Departamento de Bibliotecas, alrededor de cien casas editoriales y librerías de Colombia y del exterior participarán en la Feria del Libro. Los servicios de extensión cultural de algunos consulados tendrán representación en este evento, mediante la exposición de las más recientes producciones literarias, científicas, históricas y de otros géneros bibliográficos, procedentes de sus correspondientes países.

Esta muestra estará ubicada en sitios cubiertos de la Ciudad Universitaria y tendrá meramente un carácter de exhibición, mientras que en las casetas instaladas al aire libre se expenderán libros de todo tipo a precios favorables para los visitantes. Firmas editoriales de España, Alemania, Francia, Inglaterra, Argentina, Méjico, Ecuador y otros países, así como las más importantes casas editoras de Medellín, Bogotá y otras ciudades, han enviado sus colecciones de libros para la mencionada feria.

Para aprovechar la afluencia de gentes cultas durante los días de la Feria del Libro, han sido programados actos culturales muy variados y atractivos, los cuales se llevarán a cabo a partir de las seis de la tarde, desde hoy hasta el sábado próximo. En esta forma, los visitantes podrán disfrutar de múltiples manifestaciones artísticas en la presente semana.

Numerosas exposiciones, de diversa índole, han sido abiertas con motivo de la celebración del Congreso de Orquideología y, además, para conmemorar el Año Internacional del Libro… [Entre ellas están] exposiciones de grabado sobre Gutenberg y Marcel Proust, en los pisos primero y segundo de la Biblioteca de la Ciudad Universitaria U.

Además, debemos señalar que la Feria Internacional del Libro viene celebrándose en las instalaciones de la Escuela de Bibliotecología Plazuela de San Ignacio. El próximo lunes dieciséis, a las cuatro de la tarde, se inaugura en el Museo Universitario, de la U. Las técnicas incluidas en este evento especial, son el grabado, el dibujo, la pintura y el collage.

Y los invitados que confirmaron su asistencia y enviaron sus obras, son los siguientes: Félix Ángel, John Hernández, Oscar Jaramillo, Yomaira Posada, Javier Restrepo, Luis Fernando Rojas, Francisco Valderrama, Marta Elena Vélez, Humberto Elías Vélez y Pascual Ruiz.

Motivos El Primer Abril Artístico se llevó a cabo el año pasado, en la Universidad de Antioquia, y sus organizadores han querido continuar este certamen, por las implicaciones que tiene y por el sentido que se desea darle. de abril de , página 4 Además se quiere motivar a los estudiantes de la Universidad, y por ello el Abril Artístico se realiza dentro de sus claustros, pues ésta adquiere un valor que debe tener y toma conciencia de él.

Porque si ha de ser un centro de discusión, de investigación, las manifestaciones artísticas y la crítica del arte deben estar comprendidas dentro de estos propósitos, para que su función real sea completa.

Los artistas Por otra parte, dentro de las principales motivaciones de este Abril Artístico, está la unión de los artistas jóvenes, que dedican su tiempo a esta clase de investigación, sin tener en cuenta sus propios criterios personales frente al arte y cada una de sus manifestaciones y posibilidades.

Y de esta manera, la exposición colectiva viene a tener un verdadero sentido de universalidad, de reunión de criterios, de estéticas, de enfoques personales que se reflejan en las obras participantes y que enriquecen los criterios de los espectadores, dándoles más puntos de vista y mejores bases para su apreciación.

La exposición ha sido organizada por Carlos Mejía Mesa, coordinador de Artes del Departamento de Medios de Enseñanza de la citada universidad, y por Pascual Ruiz Uribe, profesor de arte en varios centros educativos de Medellín.

Durante el acto de apertura disertará la licenciada Beatriz Restrepo Gallego, profesora de Historia del Arte en el Departamento de Humanidades de la U. En esta exposición colectiva participan sobresalientes figuras jóvenes de Medellín y de otras ciudades del país.

Los artistas que exhiben sus obras son los siguientes: Jorge Abella, Félix Ángel, Renán Darío Arango, Rodrigo Callejas, John Castles, Jesús Gámez, Danilo Gómez, Jaime Hernández M. Muchos de los expositores son profesores de Arte en diversos institutos de educación.

del evento, Pascual Ruíz y Carlos Mejía. Estas son sus declaraciones: —¿Qué es el Abril Artístico? El nombre de Abril no se debe al mes en el cual se efectúa el hecho, sino al mes de descanso en el cual se inicia la primavera, o al mes de reposo en el primer semestre del año.

Debido al sabotaje que sufrió por el Instituto de Artes Plásticas, quien vetó los nombres, no así las obras, el Salón se salvó gracias a la colaboración del director del Museo, Luis Fernando Vélez, y del director del Departamento de Bibliotecas, así como con la colaboración de Carlos Mejía y Pascual Ruíz, actuales organizadores del evento.

A pesar de que el II Abril fue el más bloqueado, hoy podemos apreciar un pujante IV Abril Artístico, como una muestra de altura y dinamismo joven. Quedó abierto el Cuarto Abril Artístico en el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia.

Es sin duda, uno de los salones de más importancia en la ciudad, y por qué no, en el país. El IV Abril Artístico cuenta con la participación de cincuenta y ocho artistas, quienes enviaron más o menos unas ciento treinta obras.

Entrevista Jorge Tabares Mesa interrogó a los organizadores. Luis Fernando Valencia presenta un estudio fotográfico con nuevas técnicas. En escultura tenemos la piedra, acrílicos, aceros inoxidables y aluminios. Además, en escultura se empleó el desechable. También hay una buena muestra de cerámica.

con ciento treinta obras aproximadamente, procedentes de Barranquilla, Cali, Manizales y Medellín. Estas entidades nombrarán un comité de selección, conocedor de esta clase de eventos, con base en la calidad artística y la representatividad del arte en el mundo actual.

Y en general, la colaboración de toda la Universidad. Pero hablaremos de: María de la Paz Jaramillo y John Castles, premiados en el XXV Salón Nacional de Artistas; Jorge Abella y Héctor Fabio Oviedo, premiados en los salones de Artes Joven y Agosto; Augusto Rendón, con premio en un Salón Nacional; Ángela María Restrepo, con dos limpios grabados; Danilo Gómez, con una buena muestra de crayola; y Yomira Posada con sus cerámicas.

No es un salón selectivo. Es un salón representativo del trabajo en las artes plásticas del país que pretende mostrar al público las técnicas de vanguardia trabajadas a nivel nacional e internacional y con ello promover la investigación hacia nuevos senderos.

Estos son los objetivos principales del VI Abril Artístico Internacional que se viene proyectando al público desde el 19 del mes pasado. En el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, al lado de artistas de reconocida trayectoria hay otros que apenas se abren camino.

Gran proliferación de expositores y ausencia de algunos grandes nombres en el movimiento cultural del país —tal vez por temor a la heterogeneidad—.

Por esta razón vale la pena destacar los que están presentes y son de fama nacional. Y los que participan para abrirse camino. En este sentido es una síntesis parcial. Es especial el esfuerzo de los jóvenes. Con cerca de sesenta mil visitantes al Museo Universitario que han acudido a apreciar la confrontación libre de técnicas, estilos y tendencias que se dan en el VI Abril Artístico entre los trescientos artistas —con participación de representantes de diez países— se puede valorar la importancia de este evento en su propósito de proyectarse a la comunidad.

Más aún por el propósito que se tiene de efectuar una selección de obras para una exposición itinerante que será llevada a otros municipios como un aporte a la descentralización real de las actividades artísticas. Sus cuatro caleidoscopios de profundidad y la Serie Cosmos deleitan a colegiales y jóvenes.

Es la máquina: elemento de diversión. La electrónica, con sus limitaciones en nuestro medio. Su propósito de vincular el sonido del visitante a la pantalla de televisión mediante ondas, sólo logra hacer que el público se pase ratos enteros aullando o gritando para ver el resultado.

Es una investigación ardua, sobre todo por la técnica. EN FOTOGRAFÍA En fotografía hay buenas muestras. La composición, en la serie de platos quebrados y rotos de Ramiro Isaza es, por su capacidad de volumen en la superficie plana, conceptualmente escultórica. Las expresiones infantiles naturales captadas por Guillermo Melo, muy valederas.

La técnica empleada por Miguel Ángel Zuluaga en sus copias de la incidencia de la luz y los efectos de sombra de objetos colocados sobre vidrio, de los cuales él apenas capta el reflejo, valen por la sutileza y el balance de la composición.

Las series de Luis Fernando Valencia reafirman su calidad y sensibilidad. DISEÑO GRÁFICO El noruego Herman Hebler exhibe dos obras que donó al Museo Universitario. De gran fuerza,. vitalidad y equilibrio realizadas en la técnica de serigrafía; Gabriel Sencial, quien ha venido trabajando dentro de una línea de convergencia entre la pintura y la escultura, tiene varias obras gráficas de gran acierto en la realización y sobre todo en el color.

Sin imposiciones. O se acepta, o se rechaza, o se desconcierta. En la técnica de textiles es necesario destacar las obras de Anielka Gelemur de R. porque son de una autenticidad y claridad fruto del gran dominio que ella tiene sobre su lenguaje expresivo.

Hay elocuencia en el color, en la forma, en la composición. Hay originalidad. En cerámica hay obras muy buenas y otras que indican búsqueda, y de momento se les reconoce esfuerzo.

Sin embargo, sapos de María Cristina Sanín en el tratamiento del volumen y de los materiales hacen de ella una figura promisoria en este campo. EN ESCULTURA Hay poca muestra escultórica. Escasa, controvertible y de discutidos valores. En algunas se aprecia una lucha abierta contra la estética y el equilibrio.

Una ruptura con la armonía. Un afán de hallar un lenguaje liberado. Se acude a trucos, a efectos fáciles para denunciar mensajes o realidades sociales. Sin sutileza.

A golpe de vista. Beatriz Echeverri en sus trabajos escultóricos en cuero, sin embargo, merece un lugar especial, porque sus obras están bien concebidas. En esta técnica hay por ejemplo una obra que se llevó fresca y se desintegra ante los ojos del público; el artista debe tener más cuidado y respeto frente al mismo.

Unos trípticos de la Corporación Nacional de Artes Plásticas. El mural enorme en blanco de Efraín Enrique Arrieta de Barranquilla, para que el espectador participe y con luces y su sombra haga su arte. Y tenga la oportunidad de crear… que a propósito detiene a cada instante.

Por la vivencia que transfiere. Álvaro Ruiz, por su parte, presenta el retrato de Arrieta, él también del grupo de Barranquilla.

DIBUJO Héctor Fabio Delgado, caleño, exhibe dibujos sobre lo cotidiano, pero donde más se aprecia su valor es en la técnica del intaglio. Jorge Eliécer Martínez, también del grupo de Barranquilla, exhibe un dibujo con tres composiciones diferentes y un equilibrio perfecto en el mismo plano.

Por su realismo. Y aún se descubren en él más facetas con sus magníficas acuarelas de viejas y carcomidas puertas y candados. Marina Varela presenta un dibujo sutil, suave. Muy valedero. En dibujo, definitivamente el Abril Artístico ofrece unas obras que merecen verse.

Gustavo Zalamea Traba exhibe dos obras en la técnica de pastel en las que definitivamente hay búsqueda y nuevos cánones. Pero es más elocuente en sus grandes vinilos sobre tela de expresionismo abstracto por la fuerza de las manchas y las formas libres reforzadas en la vitalidad del color que irrumpe en forma agresiva sobre fondo negro.

PINTURA En pintura se destaca la obra reciente de Rodrigo Callejas. A propósito, muchos expositores acuden con obras de vieja data.

La de Callejas continúa dentro de su temática: el tratamiento de espacios metafísicos mediante la visión simbólica del paisaje. Excelente color. Hay armonía.

Hay estilo. Las obras de Javier Restrepo, con la valoración que él le concede a la figura humana y al espacio arquitectónico, tienen carácter. El tratamiento del color es particular. Es cuando la simplicidad se hace elocuente y consigue la fuerza en la misma. Su temática.

Pascual Ruiz también está presente con tres carboncillos dentro de su línea monástica, fantasmagórica y sombreada. Los nombres de quienes están exhibiendo pinturas son muchos. No todas las obras son buenas. Pero es imposible mencionarlas.

Hay bastante representatividad y debe apreciarse personalmente. Vale la pena. Un evento que desapareció del panorama Durante cada uno de los años de la década pasada, la actividad cultural de la ciudad sufría una conmoción, la cual la convertía en irradiadora de cultura con proyección nacional.

DE JERARQUÍA Constituían una demostración incontrastable del sano propósito que animaba a sus organizadores, sus objetivos. Se trataba de un evento de jerarquía, con claras finalidades educativas, donde concurrían múltiples tendencias de las artes visuales contemporáneas.

Extraía los elementos de las técnicas de vanguardia trabajadas a nivel nacional e internacional, en su sexta versión, como aporte a la juventud estudiosa de las artes plásticas. Incitó a la investigación de nuevas técnicas de expresión.

PROYECCIÓN Realizó una serie de actividades, paralelamente, como medios de proyección hacia el espectador y en especial a la masa estudiantil.

Efectuó con una selección de obras la exposición itinerante, a través de la provincia, procurando una descentralización real de las actividades plásticas. Mostró una excelente organización. Llevó, a pesar de su magnitud, la ilusión de estar asistiendo a una pequeña edición de la Bienal de Medellín.

Y, simultáneamente, permitió al creador de esta última, pensar que, ya que la empresa privada no podía dar su ayuda a ese conocido certamen que convirtió esta ciudad en epicentro del arte latinoamericano, podría revivirse algo similar aunque más discreto, a partir del Abril Artístico de Medellín, contando con la colaboración de sus organizadores y de los artistas.

MADURA Y FIRME Fue en cuando se celebró la sexta versión como el más maduro y firme de los efectuados anteriormente. Su carácter se torna, por primera vez, internacional, al acoger la participación de algunos artistas de Europa y América.

Fueron obras, expuestas por artistas, las ubicadas en los salones de la sede, y Las limitaciones de seguro y transporte habían sido superadas.

El exceso de confianza en el evento era de admirarse. En fin, el Abril Artístico se vigorizaba año tras año. Era un evento que no se podía pasar por alto.

ABRIL, SIN ABRIL Llegó el año siguiente, el de la realización de la séptima edición y de esa forma pasaban los años y los años hasta nuestros días, y siempre concluía abril sin Abril.

Cuando mostraba su potencial proyección para el futuro y superada su etapa inicial, [el Abril Artístico de Medellín] desaparecía del firmamento cultural de Colombia, dejando un ambiente de desconcierto y de interrogación.

Que todos los esfuerzos h u m a n o s f u e r o n superados por una desmedida ambición de la organización. A pesar de no asumir responsabilidades ni solucionar prioritariamente compromisos, por su forma tan especial de integrar la estructura de coordinación, dejando éstos en manos de la organización en donde las limitaciones eran ostensibles.

Finalmente, los normales altibajos de este tipo de certámenes colectivos impedían la realización de una superior edición a la efectuada en LA AYUDA Si esa vinculación se hace efectiva, además de la ayuda de entidades culturales de la ciudad, no es imposible resucitar el certamen colectivo, después de una ausencia de cinco años.

Patético ejemplo tenemos entre nosotros cuando se dio nueva vida a la Bienal de Arte de Medellín, patrocinada inicialmente por una importante empresa textil, y ahora por otras no menos importantes empresas antioqueñas, luego de una ausencia de diez años. Texto por José Fernando García Ospina.

Salón de Artistas El primigenio Salón Nacional de Artistas Jóvenes Colombianos, que nació en y se convocó hasta , lo mismo que el Abril Artístico , dieron origen en al Salón Anual de Artistas que a partir de pasó a denominarse Salón Nacional de Artistas Universidad de Antioquia.

Durante el periodo no se convocó este certamen Ver cuadro general de ganadores al final de este capítulo. Primer puesto: Omar Fernando Ruiz Hidalgo.

Obras: No se lo digas a nadie, El encuentro y El escondido. Segundo puesto: Libia Posada. Obras: A golpe de timón y La importancia de los rayos X.

Menciones de Honor: Sergio Giraldo Giraldo, Marlen González y Bayron Martínez. Jurado: María Teresa Cano Mendoza, Marta Ramírez Uribe y Juan Alberto Gaviria Vélez. Participaron artistas, 24 de los cuales fueron seleccionados para la exposición final.

X Salón Nacional de Artistas Primer puesto: Carlos Santa García. Obra: Transporte para Bogotá escultura en hierro Segundo puesto: Jim Fannkugen. Obra: Sudario II de la serie Metalmorfosis Menciones de Honor: Diego Cano, Marta Lucía Villafañe, Marcelo Villada y José Orlando Salgado.

Jurado: Natalia Gutiérrez Echeverri, Alberto González Rodríguez y Carlos Arturo Fernández. Participaron obras, de las cuales 33 fueron seleccionadas para la exposición final.

Periódico ALMA MATER Universidad de Antioquia, edición , noviembre de , página 7. Primer puesto: John Fredy Cardona Alzate. Obra: Desde el silencio Menciones de Honor: Diana Lasso Enríquez y María Mercedes López Jurado: Danilo Dueñas, Sofía Stella Arango y Juan Alberto Gaviria.

Participaron obras, de las cuales 25 fueron seleccionadas para la exposición final. Primer puesto: Grupo Humaneras proyecto colectivo , Gloria Stella Jaramillo Quiroz, coordinadora. Obra: Tierra modelada. Segundo puesto: Carlos Edwin Rendón. Obra: Tierra reprimida I-II-III Jurado: Miguel Ángel González, Libia Posada Restrepo y Manuel Estrada.

Participaron obras, de las cuales 40 fueron seleccionadas para la exposición final. Segundo puesto: Juan David García Velásquez. Obra: En la utopía del río muerto. Jurado: Umberto Giangrandi, Augusto Rendón Sierra y Juan Antonio Roda.

Primer puesto: Óscar Roldán. Obra 24 cuadros. Jurado: María Teresa Cano Mendoza, Ángela María Restrepo Gutiérrez y Federico Londoño González.

Segundo puesto: Víctor Andrés Muñoz Martínez. Obra: Niquitao. Hábitat 1. Primer puesto: José Ignacio Vélez Puerta. Segundo puesto: John Mario Ortiz Urrego. Obra: Reserva. Primer premio: John Jader Bedoya Múnera. Tierra y cenizas serie. Segundo premio: Carlos Andrés Montoya Ruiz, estudiante de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia.

Obra: Sin título. Primer puesto: Sebastián Antonio Restrepo Sierra, estudiante de Artes Plásticas de la Universidad Nacional. Obra: Pos obra compuesta por 54 páginas que el autor deshojó para que el espectador se convirtiera en protagonista. Jurado: Lucrecia Piedrahíta, Óscar Muñoz Correa y Francisco Londoño Osorno.

Primer puesto: Angélica Cristina Castagna Siegert. Se había dejado de lado el arte figurativo. Definir una cosa en una frase me parece muy difícil, entonces por eso trato de hacer cosas de las cuales yo no tenga que hablar mucho, sino que las cosas se defiendan solas.

Estos salones se realizaron mediante invitación a los artistas y no fueron premiados Salón Nacional de Artistas Jóvenes Colombianos. La poesía entraña, como expresión del espíritu, una de las más preciadas formas literarias.

Consciente de ello, en la Universidad convocó por primera vez el Premio Nacional de Poesía por Concurso, como una propuesta encaminada a estimular la creación literaria en jóvenes poetas y en consumados exponentes de las letras, quienes proponen rupturas y experimentan nuevos horizontes de la palabra.

Posteriormente, se institucionalizó mediante la Resolución Superior del 28 de octubre de y se reglamentó mediante la Resolución Rectoral del 3 de diciembre de El Premio Nacional de Poesía, al igual que las demás modalidades, se ha caracterizado a lo largo de su historia por un acertado manejo de parte de los prestigiosos jurados que han tenido bajo su tutela el juzgamiento de las obras.

Además, la participación de un gran número de poetas da cuenta de la excelente acogida del Premio y reconfirma la importancia que la creación poética tiene en la vida cultural colombiana, al tiempo que se constituye en un ejemplo de continuidad en un país donde las buenas iniciativas en materia cultural corren siempre el riesgo de desaparecer tempranamente.

El deslumbramiento que me producía la revista de poesía Acuarimántima me hacía soñar con hacer mi propia revista. Era el año , yo tenía 21 años y estudiaba Derecho en la Universidad de Antioquia, donde también trabajaba como profesor de tenis de mesa.

Conocí entonces a Elena Correa, profesora de reporterismo gráfico en el Departamento de Comunicación. Ella estaba engomadísima con mi querido deporte, y aunque no era mi alumna regular, la veía jugar con frecuencia y le daba algunas instrucciones. Mi deseo de ser editor era un tema frecuente en nuestras conversaciones y lo asociábamos con el hecho de que no había en la Universidad una publicación literaria.

Un día Elena habló del asunto con Gabriel Darío Restrepo, el director académico, quien se entusiasmó con la idea de una revista y nos dio su apoyo. En mayo de apareció el primer número de Gaceta.

El contenido fue una muestra de 22 poetas jóvenes, hecha por Víctor Gaviria, que también escribió la nota introductoria; aparecieron igualmente poemas de Raúl Henao y Juan Manuel Roca, los primeros poetas con cierto reconocimiento que yo leía y conocía personalmente.

Fue una aventura deliciosa publicar nueve números de Gaceta; el último salió en junio de Todavía me sigue gustando su formato sencillo, en papel periódico, y su diagramación fresca y espaciosa —todo esto mérito de Elena—.

Cito, además de los ya mencionados, otros nombres: Samuel Jaramillo, Ricardo Cuéllar, Elkin Restrepo, Edmundo Perry, Juan Gustavo Cobo, Álvaro Miranda, Santiago Mutis, Anabel Torres, Jaime Alberto Vélez, Jesús Gaviria, Juan Guillermo Gaviria, Clara Lía Pérez, Telly Fleisacher, Luis Fernando Macías, Javier Naranjo, Orlando Gallo, Fernando Herrera, Rubén Darío Lotero, Eugenia Sánchez, Rubén Vélez, Gabriel Jaime Caro, Gabriel Jaime Franco, Fernando Rendón, Liana Mejía, Carlos Enrique Ortiz, Carlos Fajardo, Carlos Vásquez, Margarita Cardona… Por supuesto que en Gaceta también nos acompañaron poetas de otros países: Manuel Bandeira, Alejandra Pizarnik, Patti Smith, Carlos Latorre, Juan Calzadilla, Claudio Bertoni, Enrique Gómez Correa… Empezamos publicando ejemplares y terminamos en 5.

La impresión siempre se hizo en la imprenta de la. Universidad, cuyos talleres Elena y yo visitábamos cotidianamente; era una verdadera fiesta gozar de la buena disposición y de la alegría con que el director y los empleados asumían el proceso editorial.

Se distribuía gratuitamente en todo el país: universidades, bibliotecas, centros culturales, casas de la cultura, otras revistas. En estas lides administrativas nos ayudó con mucho entusiasmo Alicia Bejarano, funcionaria de la Universidad y también estudiante de derecho. Una de las experiencias más ricas en torno a la Gaceta fue que de ella nació el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia.

Quisimos llenar el vacío que había dejado el por entonces suspendido premio Eduardo Cote Lamus. En el número 2 —julio de —, se convocó a la primera versión por concurso, que otorgó tres premios a autores de libros inéditos; los ganadores fueron en su orden Juan Manuel Roca, con Señal de cuervos, Víctor Gaviria, con La luna y la ducha fría, Rubén Vélez, con Turismo irregular.

Eran jurados los poetas Luis Vidales, Raúl Henao y Fernando Garavito. En el número 5 —abril-mayo de —, se convocó a la segunda edición. El premio de poesía, que luego se amplió con la modalidad por reconocimiento, además de servir de estímulo a los poetas ganadores en razón de la suma de dinero concedida y de la publicación de sus obras, propició la visita al país, en calidad de jurados, de importantes poetas extranjeros: Enrique Molina, Eugenio Montejo, Juan Calzadilla.

Y recuerdo cómo durante los años a que alude esta nota — a —, Medellín y otras ciudades disfrutaron de sus lecturas, sus talleres y sus conferencias. Nacieron hace treinta años la Gaceta y el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia.

Que otros, distintos a este cofundador, juzguen su importancia. El jurado del Primer Premio Nacional de Poesía convocado por la Universidad de Antioquia designó ganador del primer puesto al poeta antioqueño Juan Manuel Roca, por su libro Señal de cuervos, firmado con el seudónimo de Nosferato.

El segundo puesto fue para el poeta Víctor Manuel Gaviria González por la obra titulada La luna y la ducha fría, y la mención especial para el abogado Rubén Vélez González, quien presentó la obra Turismo irregular. Las tres propuestas poéticas serán editadas en forma de libro por la Editorial Universidad de Antioquia, en tanto que Roca y Gaviria recibirán, respectivamente, las sumas de 60 mil y 30 mil pesos.

El jurado, integrado por Luis Vidales, Raúl Henao y Fernando Garavito, recomendó otorgar otras menciones y sugirió a la Universidad editar una antología con las obras de otros poetas concursantes, como Guillermo Fernando Martínez González, del Huila; Margarita Cardona Villa, de Medellín; Carlos Bedoya, de Medellín; J.

Mario, de Cali; José Rubén, del Tolima; Nicolás Suescún, de Bogotá; Gabriel Jaime Franco, de Medellín y Jaime Manrique Ardila. Los organizadores del Premio Nacional de Poesía destacaron la acogida que tuvo la. convocatoria en todo el país, especialmente en los círculos de escritores más jóvenes.

El jurado destacó el surgimiento de nuevos valores. La Universidad entregará los premios el viernes 26 de octubre, en acto solemne en el Paraninfo. La Rectoría anunció que pondrá en circulación las obras lo más pronto posible y aseguró la continuación de este certamen cultural el año entrante con la convocatoria del Segundo Premio Nacional de Poesía.

El propósito es estimular el talento de los poetas colombianos y difundir sus creaciones. e tenido la fortuna de ganar el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia y el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia , en las dos primeras ediciones del concurso.

Este aspecto inaugural, ese inusitado hecho de poner mi nombre y el de dos de mis libros —Señal de cuervos y Las plagas secretas y otros cuentos— al comienzo de una historia que ha sido fecunda y que ha ido incorporando nuevas obras y autores, me resulta algo muy grato y significativo.

Cuando obtuve el primer premio en poesía, había publicado tres libros de poemas o de algo que pretendían serlo: Memoria del agua, mi ópera prima de ; Luna de ciegos, que habría de obtener el segundo premio en el Eduardo Cote Lamus en ; y Los ladrones nocturnos; es decir, intentaba montar mi batería desde un trípode que no me hacía tan reconocido como el insufrible Jorge Robledo Ortiz, fundador de una estética uribista, ni tan desconocido como el discreto y buen poeta José Manuel Arango.

Así que ese reconocimiento a Señal de cuervos vino a reforzar mis obsesiones y mi entrega a algo tan azaroso como la poesía. Allí, en ese libro, están marcadas de manera clara algunas estancias de lo que he intentado escribir: la libertad y el sueño, la muerte y el erotismo, el descreimiento de los poderes y la reafirmación de la poesía.

Cuando escribí Las plagas secretas, fatigado de los excesos tanto del realismo mágico como de un chato naturalismo, lo hice para calentar la mano y disponerla para la novela Esa maldita costumbre de morir, pero sobre todo porque me rondaban temas que sentía más afines con el contar que con el cantar.

El premio que me otorgó entonces la Universidad me cayó en un momento de ampliación de mi escritura hacia la prosa. Ahora que se agota la segunda edición hecha por Alfaguara, vuelvo a mirar con gratitud a un premio instaurado por una Universidad que ha dado en materia editorial la lucha por dos géneros absurdamente excluidos del mercenarismo editorial: el cuento y la poesía que son, precisamente, los dos espacios más vigorosos en Colombia.

Creo que este es un país de grandes cuentistas y de dudosos novelistas. Transcurrieron pues veintiún calendarios entre el Premio Nacional de Poesía por Concurso Universidad de Antioquia y el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia. Si es cierto lo que dice Carlos Gardel, aquello de que veinte años son nada, veintiuno serían, matemática y existencialmente hablando, una nada más un calendario.

En términos presidenciales serían un poco más de cinco devastadores presidentes. Pero en materia vital, estos veinte años son para mí un paréntesis entre dos alegrías y dos gratitudes a la Universidad de Antioquia.

Abril de l premio que me otorgó entonces la Universidad me cayó en un momento de ampliación de mi escritura hacia la prosa. Dos antioqueños, Rubén Darío Vélez y Jaime Alberto Vélez, y una bogotana, Anabel Torres, resultaron favorecidos con el II Premio Nacional de Poesía por Concurso, certamen al cual concurrieron participantes con una obra cada uno, y del que se dieron a conocer sus nombres en la tarde del viernes 20 de octubre.

El jurado lo integraron los catedráticos colombianos Jorge Valderrama y Elkin Restrepo, y el venezolano Juan Calzadilla. bogado a ratos, poeta a veces, pero siempre inconstante, Rubén Darío Vélez, es el joven que resultó ganador del II Premio Nacional de Poesía por Concurso de la Universidad de Antioquia.

El mismo que el año pasado ocupó en este certamen el tercer puesto. Yo soy torpe en el sentido de que me cuesta acomodarme a la gente astuta, negociante que me rodea. Soy más metafísico. Como todo hipopótamo tiendo a dormitar.

El autor de la obra ganadora La gente es un caso señaló que, en su opinión, sus poesías son noticias profundas sobre la gente que conoce, pero contadas de una manera muy natural e irreverente.

Es la organización de impresiones. Darle coherencia al lenguaje que le da vueltas a uno en las calles, en la taberna. El jurado anotaba en la tarde del viernes que, como dato curioso, se había coincidido en la selección de las obras de una misma persona en las dos versiones del concurso en el 79 ocupó el tercer puesto y ahora, el ganador.

A este respecto, Rubén Darío Vélez, quien confiesa ser inconstante para todo menos para la pereza, precisa que en estos momentos su obra ha evolucionado y es más consistente que antes.

scéptica con respecto a los concursos, y sin esperanzas de que algún día le den la plata y le publiquen la obra del premio que le otorgaron en en un concurso convocado por la Universidad de Nariño, Anabel Torres conoció por boca de esta reportera su selección en el certamen auspiciado por la Universidad de Antioquia.

Se disponía a seguir en los preparativos para el día de las brujas con sus hijos. La comunicación ya no existía, mas sí la esperanza de ver convertida en realidad la publicación de sus vivencias.

rofesor de Literatura Latina de la Universidad de Antioquia, Jaime Alberto Vélez es la primera vez que participa en un concurso de poesía. Este antioqueño, para quien la poesía basada en el conocimiento de la literatura latina no se queda en el plano de la erudición sino que bajo ese pretexto incursiona en sus propias vivencias, ocupó el tercer puesto en el premio de la Universidad de Antioquia con su libro Reflejos.

Dedicado por muchos años a escribir cuentos y a recibir menciones en este campo, a Jaime Alberto Vélez le dio un día por meterse de lleno con la poesía. Entonces, quise tomarla como estudio técnico y vi la oportunidad de considerar a Roma como una especie de metáfora, ocasión para decir con esos elementos cosas de esta época.

El autor de Reflejos considera que si no fuera por el conocimiento que ha alcanzado de la literatura latina a través de su cátedra, jamás hubiera podido realizar el presente trabajo. El Mundo, Siempre en Domingo. Domingo 22 de octubre de on la obra Los escritos de don Sancho Jimeno, el escritor samario Álvaro Miranda, quien concursó con el seudónimo de Enrique Román, ganó el III Premio Nacional de Poesía por Concurso Universidad de Antioquia.

El acta del jurado afirma que la originalidad es una de las características de la obra premiada, aparte de estar narrada en un castellano antiguo que semeja, en alguna medida, a autores como el Arcipreste de Hita. Es autor de los libros Ásperos golpes y Habitantes de la ciudad y de la noche.

Dirige la colección de poesía La caja de pandora. Al igual que el año pasado, el tercer lugar lo ocupó el profesor de la Universidad de Antioquia Jaime Alberto Vélez seudónimo Ídem , por la obra Biografías. El jurado del III Premio lo integraron los poetas colombianos Juan Gustavo Cobo Borda y Juan Manuel Roca, y el argentino Enrique Molina.

El fallo fue dado a conocer por el rector Antonio Yepes Parra, en desarrollo de una rueda de prensa en el Salón de los Consejos de la Ciudad Universitaria, la tarde del 31 de octubre.

Santa Teresa de Jesús. Por ese mismo estilo. Son mis delirios naturales. Me relaja. No hago una poesía personal. La vida íntima no la cuento. Esa es la para las novias. Álvaro Miranda se confiesa gran lector de poesía, no de la contemporánea sino de la clásica. A este respecto tiene muy clara su posición:.

El 9 de noviembre de se realizó en en Paraninfo la ceremonia del III Premio Nacional de Poesía por Concurso. Únicamente la clásica y la antillana. No manejo la contemporánea. Escribo con ritmo y métrica. La poesía en Colombia está bien, pero falta llegar a los clásicos. Mucha ingenuidad hace daño.

Si el poeta no se estructura con lo clásico, jamás podrá hacer algo bueno. Es preciso pelear con el lenguaje, antes de que éste le gane a uno. Hay que crear toda una estructura.

Es un trabajo objetivo. Tiene menos delirio. El peleó contra 10 mil hombres que venían de la armada francesa, mientras él sólo contaba con Esto es en la primera parte. En la segunda, se comienza el 9 de abril y de ahí se arranca a echar mentiras. Es cuando uno llega de caminar después de mucho tiempo y descansa.

Este es el primer concurso en el que participo. El jurado El lenguaje, la fuerza y la unidad con que está narrado Los escritos de don Sancho Jimeno son algunas de las virtudes que le valieron a Álvaro Miranda el Premio de Poesía Universidad de Antioquia El libro de este samario fue seleccionado entre un total de obras en las que el jurado destacó un total de 10, que se encuentran en un gran nivel y que bien ponen en alto la literatura y la poesía en Colombia y que bien merecen la realización anual de este certamen.

Ya el fallo está dado. Pero no sólo interesan ahora los títulos, sino que es conveniente enterarse de los. aciertos y desaciertos de las obras premiadas. Todo esto en boca del jurado calificador. Recopilamos entonces, los conceptos emitidos por Juan Gustavo Cobo Borda, Juan Manuel Roca y el argentino Enrique Molina.

Cuenta y canta una historia Juan Gustavo Cobo Borda opina que una de las cualidades que posee el libro ganador es su originalidad, aparte de la compaginación que establece entre un lenguaje arcaico con una recreación, tanto histórico como de imaginación y de tintes populares de diversas circunstancias colombianas.

Con respecto a Geografías de la alucinación, Cobo Borda agrega que es una obra uniforme, que posee una concepción más dependiente de la influencia de la imaginación y del surrealismo.

Al hacer alusión a la calidad general de las obras, Juan Gustavo Cobo remata diciendo que encuentra una tendencia nociva hacia una poesía confusa y profesionalmente surrealista, que utiliza más el lenguaje para sorprender que para servir de medio de comunicación.

Se observa una inclinación a decir cosas absurdas, locas e incoherentes que no tienen poder de comunicación. Con relación a Biografías dice que se le hace un libro con bastante unidad, pero excesivamente trivial y anecdótico, como postales de nostalgia.

En su lista de libros valiosos, Roca Vidales señala a Exilio visceral, el cual merecía haber quedado entre los tres primeros.

Interesantes 24 horas, El jardín del durmiente, Aldea errante, Pequeña reina de espadas, Industria del ocio y Puentes levadizos, entre otros.

En referencia al concurso, precisa que es un buen índice de lo que está ocurriendo en la poesía colombiana. El nivel del concurso se ha elevado. Tiene gran unidad El argentino Enrique Molina sostiene que a lo largo de las obras se encuentran grandes altibajos, pero ya en lo que hace referencia a las 10 seleccionadas se encuentra un gran nivel: elaboración, cultura y un trabajo de lenguaje.

Sostiene que se observa un gran interés por la poesía y ello ya es significativo de que en un país se inclinen por esta actividad.

Existe una concepción poética Juan Manuel Roca, quien en el 79 ganara el Premio de Poesía Universidad de Antioquia, dijo que a través de las obras presentadas se vislumbra muy buen nivel, el cual está demostrado en una gran unidad y en una concepción poética clara.

En su opinión, el libro de mayor consistencia era el presentado por Samuel Jaramillo. Entre tanto, Los escritos de don Sancho Jimeno es un libro que trata de fabular dentro de una jerga antigua.

Aclara que la cualidad particular del libro premiado radica en su originalidad. Recuerda al Arcipreste de Hita. No es una recopilación de poemas. Es hecho con unidad.

Con referencia al segundo y al tercer premio sostiene que se ubican dentro de otra categoría. Quién iba a creer que dos libros descartados el año pasado, sin ningún reconocimiento, y pudiera decirse que pasaron casi desapercibidos, fueran a convertirse en los ganadores de este año.

Eso fue lo que realmente le ocurrió a Alberto Periódico El Mundo, octubre 23 de Vélez y a Liana Mejía, primero y segundo lugar, respectivamente, del Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia, versión Unos cuantos retoques, la exclusión de unos poemas y la inclusión de otros, una fusión de unas frases más acá o una supresión de otra más allá.

Y listos para ser enviados. Aunque después, ambos, se hubieran arrepentido de haberlo hecho, tal vez por no haber logrado nada el año pasado.

Pero llegaron como en la primera oportunidad: totalmente inéditos para los jurados. Desconfianza en el jurado ¿La razón del arrepentimiento?

Sencillamente un poco de desconfianza en el jurado. Este año, los organizadores del Premio en su cuarta versión eligieron como jurado a los ganadores del año pasado: Jaime Alberto Vélez, Álvaro Miranda y Samuel Jaramillo, con las obras Biografías, Los escritos de Don Sancho Jimeno y Geografía de la alucinación, respectivamente.

A sus manos llegaron obras participantes. Ni Alberto ni Liana confiaban en el veredicto por considerar que la poesía de aquellos no coincidía ni se identificaba, de ninguna manera, con la de ambos. Y aquí fundamentalmente existen dos: unos poetas que trabajan mucho con la imagen, y otros que son todo lo contrario, como con cierto prosaísmo, que es la antipoesía.

Jaime Alberto Vélez me parece muy equilibrado. Me asusta su equilibrio, tal vez porque uno es todo lo contrario. Pero por cierto comentarios que le había oído, por ciertas cosas suyas que he leído, le gusta una poesía más bien escueta, muy moderada, muy concisa.

Y yo no hago eso. Tampoco compartía ni comparto el mundo poético de Álvaro Miranda, y jamás pensé que mi obra le pudiera gustar. Samuel Jaramillo era, de todos, el que más me. convencía para participar. Sabía que pertenece a la corriente que escribe en el mundo de la imagen.

Algo similar le ocurrió a Liana. Arrepentida también de haber enviado su trabajo por segunda vez, creía y se identificaba más con Samuel Jaramillo. La poesía de Álvaro Miranda es totalmente diferente a la nuestra, una poesía que casi uno no puede asimilar.

Y de Jaime Alberto me gustaba su trabajo actual. Dos poetas convencidos Alberto y Liana son apenas dos muchachos. Recién egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia, actualmente Alberto cumple su año de judicatura en el municipio de San José de la Montaña.

Liana cursa últimos semestres de medicina. Pareciera raro que con estos antecedentes se pudiera pensar en que fueran poetas.

Pero es que, en el fondo, esa es su verdadera vocación. Temerosos de las entrevistas, pero sueltos y simpáticos en las respuestas, rebosan vitalidad e ideas. Y un claro y rotundo convencimiento de lo que están haciendo y diciendo.

Pero veníamos hablando del jurado. Polémico siempre. Y como en todos los concursos, con un fallo que invariablemente, seas cuales fueren las circunstancias y los trabajos elegidos, es criticado.

Pero surgió la polémica alrededor de Juan Manuel Roca, de quien se dijo que lo había ganado porque Vidales era su tío y Raúl Henao su amigo. Como ocurría siempre, y como seguramente también pasó con nosotros, hubo inconformidad. Para la segunda versión, el alma y el nervio del premio, Elena Correa, trajo un jurado internacional.

Pero aun así no se evitó la polémica. Nosotros no estábamos en el ambiente. Alberto está de acuerdo con ella. Algo realmente cierto y de lo que también pecamos nosotros, los de la prensa.

Y Liana tiene razón al decir que fue como si no hubiera pasado nada. Según ellos, ahí se ve la necesidad de separarlos. Sólo estaban él y Álvaro Mutis. Pero es un premio que en unos pocos años tendrá que extinguirse, porque no veo a nadie a quien premiar. Y después se ríe abiertamente, como asustado por la osadía con la cual lo afirma.

Desafortunadamente, sostiene Alberto, existe un anonimato total. Colcultura es la que fundamentalmente ha hecho eso. Primero, no me explico cómo él, que ha hecho cosas buenas, pudiera escribir algo semejante.

Y segundo, cómo fue que lo publicaron. Lo que importa es la prestancia del nombre, simplemente. La polémica está viva Nunca en el transcurso de esta charla, estos dos poetas habían hablado con mayor vehemencia y mayor convencimiento.

Les tocaron la fibra, como se dice, y quieren destaparse, decir lo que piensan. Eso no se vende, eso no le gusta a nadie. A la gente le encanta Jorge Robledo Ortiz, que escribe lo que la gente quiere que escriba, con aquello de los arrieros, de la pujanza antioqueña, de la raza.

Eso es lo que todo el mundo cree que es poesía. Es verdad que todo es también cuestión de estudio y de disciplina. La gente está con la mentalidad de la escuela, donde le enseñan a uno que la poesía es lo que rime y suene bien bonito.

Se quedaron en lo clásico. Es algo que ya se murió. Nacional de Poesía, en el cual volverían a participar, piensan que este premio se acaba. Así, lastimosamente. Alberto sostiene que es una quijotada de la Universidad, y que está condenado a morir.

Como murió Gaceta y como murió el periódico universitario, los únicos medios con los cuales contaban los estudiantes.

Ambos destacan la importante labor desplegada por Elena, su preocupación y su entusiasmo para la supervivencia del premio. El día en que ella se vaya, sostienen, ese día se muere.

Si fuera por la Universidad y sus directivas, reitera Alberto, el premio no funcionaría. La desaparición de Gaceta se sustentó en principio en la crisis económica, pero nuestros personajes cuentan que esa no es toda la verdad.

En cierta oportunidad se publicaron unos poemas donde se mencionaba una mala palabra. Los señores del Consejo Superior se ruborizaron y protestaron por ellos. Y, como dice Alberto, la inquisición de la Universidad funcionó a la perfección: Gaceta fue clausurada.

Pero fue un esfuerzo que dio cabida a todas las tendencias y por eso murió en el número 9. Ese es el gran conflicto de la poesía y de los poetas, además del que se mencionó antes: el desinterés de la gente.

Diciembre 4 de El jurado del V Premio Nacional de Poesía por Concurso que auspicia la Universidad de Antioquia, declaró ganador al escritor nadaísta Jaime Jaramillo Escobar, conocido con el seudónimo de X, y otorgó el segundo lugar al novel poeta Orlando Antonio Gallo Isaza.

Asimismo concedió mención a las obras Desahucios del otro de Óscar Torres Duque, y Veinte mujeres de Daniel Winograd. El jurado —integrado por María Mercedes Carranza, José Manuel Arango y Eugenio Montejo, este último de nacionalidad venezolana—, analizó trabajos remitidos por igual número de concursantes.

Esa es la tendencia predominante. Octubre 22 de , páginas 1-A y 6-B. La poesía es la que dicta las leyes en el corazón de los hombres, no el gobierno algo de su trabajo y entregar a los lectores del Magazín sus conceptos sobre la poesía de hoy, el movimiento nadaísta y la entraña de su trabajo literario.

En el poeta X ganó el primer premio en el concurso nadaísta de poesía, con el libro Los poemas de la ofensa. Después de ser el blanco de muchos comentarios y ser incluido en antologías de poesía colombiana, X se sumió en el silencio por muchos años.

Ibargüengoitia, Autopsias rápidas , comp. Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos… , op. John Beverley, Del Lazarillo al sandinismo. Estudios sobre la función ideológica de la literatura española e hispanoamericana , Minneapolis, Institute for the Study of Ideologies and Litterature, , p.

Las cursivas son mías. Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos Contextualización de la obra. Ibargüengoitia había nacido en , el mismo año de un acontecimiento histórico qué él mismo calificaba de fascinante: el asesinato de Álvaro Obregón.

La fascinación de Ibargüengoitia , así como la importancia que tendrá este evento histórico en su obra, merece que se detallen un poco las circunstancias del crimen de marras y sus hondas consecuencias para la vida nacional.

Cuando Obregón es asesinado, venía de ser electo presidente para el periodo … después de haberlo sido durante el periodo Era, pues, el primer presidente surgido de la revolución que se hacía reelegir y ello a pesar de la frescura de los antecedentes anti-reeleccionistas de la contienda.

El contexto era ya de por sí muy conflictivo y confuso, pues el país estaba sumido en una doble guerra civil: por un lado, un conflicto más o menos subyacente que tenía lugar entre los miembros de las diferentes facciones liberales vencedoras de la revolución, quienes —después de haber vencido en a las fuerzas populares, encabezadas por Villa y Zapata—, buscaban constantemente dirimir cuál de entre ellas tomaría el control del joven Estado revolucionario; por el otro, la rebelión cristera, en la que el gobierno revolucionario tuvo que hacer frente a las milicias católicas que, entre y , buscaron revertir por la vía armada la férrea política de laicidad instaurada a partir de la promulgación de la Constitución de En ese contexto, la candidatura y posterior reelección de Obregón no podía sino agitar aún más la vida nacional.

En el interior de las fuerzas revolucionarias, a los enconados debates que condujeron a la reforma constitucional, necesaria para salvaguardar las formas legales, se sucedió la conspiración de Francisco R. La reacción del régimen fue brutal: traicionados por uno de los suyos, Serrano y su camarilla fueron detenidos y asesinados clandestinamente en el pueblo de Huitzilac; los partidarios que todavía osaron levantarse en armas, o que se adhirieron al levantamiento del otro candidato opositor, Arnulfo R.

Gómez, fueron batidos y fusilados. El solo recuerdo de este episodio aterroriza a Lupe y sus camaradas en Los relámpagos de agosto , cuando los personajes sospechan que Vidal Sánchez les ha tendido un cuatro mientras están en la casa de Valdivia, en Cuernavaca.

Con las muertes de Serrano y Gómez, Obregón terminó la campaña como candidato único y venció en unas disputadísimas elecciones. Al tiempo que afrontaban la revuelta interna, los obregonistas tuvieron que sortear una serie de atentados y actos violentos de parte de los militantes católicos, actos que parecieron culminar cuando se le arrojó una bomba al automóvil de Obregón, en pleno bosque de Chapultepec, mientras el entonces candidato, quien escapó milagrosamente con heridas leves, se dirigía a ver una corrida de toros.

Estos y sus cómplices fueron detenidos, procesados y fusilados. La condena de los terroristas molestó profundamente a los católicos más combativos, quienes proclamaron mártires a los hermanos Pro y no dudaran en ostentar su enconada hostilidad hacia las instituciones revolucionarias y los que las encabezaban.

Después de ganar las elecciones, Obregón fue invitado a comer en un restaurante de San Ángel por los diputados del estado de Guanajuato. Al banquete se presentó un presunto profesor de dibujo, José León Toral, quien se dedicó a dibujar caricaturas de los asistentes.

Cuando se acercó a Obregón, se supone que para mostrarle la caricatura que acababa de hacer de él, lo asesinó a mansalva disparándole en la cabeza. Era el 17 de julio de y Obregón debía tomar posesión el 1º de diciembre. Las investigaciones y el juicio posteriores concluyeron que Toral, juzgado y fusilado, era un fanático religioso, perteneciente a la Liga y parte de una red de conspiradores católicos.

Sin embargo, los obregonistas terminaron convenciéndose de la existencia de un complot presuntamente encabezado, o por lo menos facilitado, por Calles, quien, al permitir —se decía— que los católicos eliminaran a Obregón, quedaba como la única figura de peso entre los revolucionarios, el último de los caudillos.

En todo caso, obligado en el marco de su discurso a valorar la muerte de Obregón, Calles, nos dice el historiador Álvaro Matute , no desperdició la oportunidad de precisar el camino que el país seguiría en los años posteriores. Dijo que con Obregón había desaparecido el último de los caudillos de la Revolución.

Esto le planteaba al país la necesidad de encauzarse institucionalmente para que no fueran los individuos quienes se convirtieran en piezas claves del poder , sino que los organismos políticos representantes de los distintos grupos revolucionarios debían nombrar por vías democráticas a los que habrían de representarles en el ejercicio del poder.

Su discurso prefiguró la fundación de un partido político formado por los hombres en el poder, tendiente a eliminar el faccionalismo reinante en los años de lucha armada y en los posteriores. Como sucede en la novela, la ley establecía que, al morir el presidente electo, el secretario de gobernación debía ser nombrado presidente interino, quien tenía la obligación de convocar a nuevas elecciones.

El epílogo de estos acontecimientos lo constituyó una revuelta que estalló el 3 de marzo de , de modo casi simultáneo a la convención que fundó el pnr el 4 de marzo: encabezados por el general José Gonzalo Escobar, quien se había distinguido en la represión de los partidarios de Serrano, una serie de oficiales obregonistas manifestaron en el llamado Plan de Hermosillo su desconocimiento de Portes Gil como presidente de la República y acusaron a Calles de dirigir la vida nacional sin derecho alguno.

Se levantaron en armas un número aproximado de treinta mil hombres. El saldo fue más o menos de dos mil muertos y los gastos en armamentos, destrucción de vías férreas, saqueos, etc. La revuelta escobarista, que habría de ser el último levantamiento militar importante ocurrido en México, fue un movimiento insólito por su patetismo: ideológicamente raquítico, su único objetivo era derrocar a Calles, propósito enterrado bajo una retórica vacua; estratégicamente torpes, sus cabecillas cometieron cualquier cantidad de indiscreciones al intentar atraerse las simpatías de otros militares, muchos de los cuales los denunciaron ante Portes Gil; además, a pesar de ser un movimiento surgido del mismo ejército que había combatido a los cristeros, pero conscientes de su extrema debilidad en efectivos frente a las tropas leales a Portes Gil, intentaron granjearse, sin éxito, a los rebeldes católicos, quienes nunca dejaron de verlos como elementos del ejército federal, por muy disidentes que intentaran parecer, y nunca los tomaron en serio.

Su torpeza y su candor alcanzaban tales extremos que el propio Portes Gil no sabía muy bien a qué atenerse con ellos y no podía creer que, con semejantes errores, aquellos generales quisieran derrocarlo.

Por si las dudas e intentando calarlos, los nombró como jefes de operaciones aquí y allá, confiándoles incluso tropas y bastimentos.

Por paradójico que parezca, queriendo poner fin a la influencia de Calles, los escobaristas terminaron así apuntalando el poder del gobierno federal:.

El ejército había sido testigo de la fuga de muchos elementos rebeldes. Física o políticamente habían sido aniquilados nueve generales de división, ocho de brigada y treinta brigadieres. Cincuenta y un diputados federales y cuatro senadores habían perdido su fuero.

Sonora, Chihuahua, Durango y Zacatecas habían asistido a un cambio de gobernadores. De ahí en adelante, las luchas políticas no volverían a dirimirse por las armas, o no fraccionarían al ejército, por lo menos.

Se producirían en el terreno señalado por el pnr […]. Parafraseando la didascalia inicial de El atentado , cualquier parecido entre Los relámpagos de agosto y esta brevísima relación histórica no es una mera coincidencia, sino una vergüenza nacional.

Entre ellos encontré las memorias de un general revolucionario que […] estaba convencido de que sus modales refinados y una apariencia distinguida habían sido la causa de la mayoría de sus desgracias. Allí estaba también el libro del general Juan Gualberto Amaya, para mi gusto el príncipe de los memorialistas de aquella época, que narra cómo, en un pleito —por cuestión religiosa— que tuvo en una tienda de abarrotes, el español le volcó encima una jarra con chiles en vinagre, y como en otra ocasión, cuando iba a librarse una batalla decisiva, movilizó tres regimientos por ferrocarril, en dirección equivocada, obedeciendo a una llamada telefónica que resultó haber sido hecha por el enemigo.

En La tragedia de Huitzilac y mi escapatoria célebre , el licenciado Santamaría narra cómo escapó del fusilamiento gracias a que el soldado que lo custodiaba no lo reconoció cuando se puso el impermeable que llevaba en la mano y cómo después de esto, pasó varios días en Cuernavaca oculto en la casa de un ex zapatista que todas las noches jugaba dominó con un capitán de los federales que lo andaba buscando.

Obregón, por su parte, cuenta en Ocho mil kilómetros en campaña que para no provocar un incidente internacional, en cierta situación peliaguda, decidió dinamitar las defensas que había en la estación de una ciudad fronteriza y que con este objeto llenó de explosivos un carro de ferrocarril que a pesar de varios intentos que hizo no logró hacer llegar a su destino, etcétera.

Los relámpagos de agosto reformula pues eventos tematizados antes en discursos historiográficos o testimoniales distinción borrosa, pues, a menudo o casi siempre, el discurso testimonio surge para dar cuenta de la experiencia de un ser ante la historia de un individuo. La distingue de la farsa histórica de El atentado la mayor unidad de acción de la que ésta hace gala, concentrada en la conspiración para asesinar al general Ignacio Borges comúnmente visto como advocación de Obregón , antiguo presidente de México en campaña para reelegirse, y el juicio posterior de los asesinos.

Pero ambas obras parten de una visión similar de dos episodios de un mismo proceso histórico. En todo caso, a la hora de valorar la novela es preciso relacionarla también con lo que puede denominarse como el corpus periódico de Ibargüengoitia , [37] sobre todo con los artículos en los que Ibargüengoitia reflexiona sobre acontecimientos históricos contenidos sobre todo en Instrucciones para vivir en México pues la confrontación puede aclarar los objetivos del autor guanajuatense al acercarse a los revolucionarios.

Lo distanciado no son tanto los personajes en sí mismos como la peculiar textualización tejida en torno a ellos que nubla la perspectiva e impide la comprensión. El Ibargüengoitia escritor periódico es consciente de los daños discursivos y críticos que esta visión patriótica cuando no patriotera de la historia implican.

Pues bien, niño, este señor que ves aquí, tocando el claxon del Mustang para que la criada venga a abrirle la puerta, es un humilde revolucionario a quien la Patria ha recompensado sus esfuerzos en pro de la justicia social. La Revolución Mexicana es como una madre amorosa y tan ciega como una de ellas.

Al hijo suyo que escoge para querer, lo quiere de veras, sin importarle ni el mérito que tenga ni la calidad de su inteligencia. En la repartición de riquezas a este señor le fue bien: tiene Mustang, criada y claxon.

Los personajes de Los relámpagos de agosto están animados por un espíritu pragmático que ha orillado a más de un crítico a relacionar la novela con la picaresca. En todo caso, este espíritu pragmático es un motivo familiar en la aproximación de Ibargüengoitia a las costumbres del régimen revolucionario.

Contra lo que pudiera pensarse, este personaje —que bien podría ser un descendiente del general Arroyo—, observa la situación no con júbilo, sino casi con pavor:. Me cuesta medio millón de pesos. Doce mil pesos al mes que te dan, más las comisiones, suponte tú que llegues a No te dan coche ni gasolina.

Para eso mejor me quedo en mi chamba. Muy cierto, pero hay otros que han salido sin nada. Se ha dicho que Ibargüengoitia satirizaría a los revolucionarios, a quienes encontraría execrables.

Cabe preguntarse si su intención no es más bien, en primer lugar, subrayar el absurdo de la textualización de la revolución. En este artículo, publicado en , Ibargüengoitia imagina una anécdota inocente en apariencia que le permita subrayar hasta qué punto la tan cacareada Revolución mexicana no deja de ser una confusa guerra civil cuya narrativa posterior sirvió sobre todo a los intereses de un partido surgido de ella que buscó a toda costa limar todas las asperezas pasadas, aunque de paso se limaran los discursos.

A continuación, el narrador comenta con sorna:. Esta es la parte fácil. Lo que cuesta más trabajo explicar es cómo, siendo bueno, luchó en contra de Madero, que también era bueno, y de Carranza, que también lo fue; y cómo siendo bueno, murió a consecuencia de una intriga en la que, todo parece indicar, metió las manos don Pablo, otro buenazo que años antes había combatido al archivillano irredento de la Revolución: Victoriano Huerta.

Prueba de la maldad de este último es que ni siquiera le han hecho estatua. No se corrige a la historia cosa que sólo otro discurso historiográfico puede hacer, sino que se propone una interpretación alternativa.

No es exagerado decir entonces que en Los relámpagos de agosto , Ibargüengoitia deconstruye humorísticamente los relatos relativos a la fase final de la revolución a partir de la parodia de los memorialistas. La novela entonces puede enmarcarse en un cruce de caminos peculiar entre esta parodia textual, de un género más o menos específico, la ironía con la que se evalúa de modo distanciado el proceso histórico aludido y el humor que domina la intención global del discurso.

Varias de las revisiones críticas en torno a la novela han flirteado con la idea de leerla a la luz de la sátira.

Se trata de una reducción crítica que habría que evitar si bien es explicable a causa de la enorme historia conceptual de las diferentes categorías estéticas y literarias ligadas a lo no-serio y cuyos límites entre sí son, o por lo menos parecen, difusos.

La novela no se anda por las ramas y ya desde el segundo capítulo pone los puntos sobre las íes a este respecto en un fragmento célebre en el que Arroyo y sus compinches deliberan sobre el modo más eficaz de proteger el legado de su difunto jefe González, cuyo cadáver aún está tibio.

La camarilla cree que todo está bajo control ya que Valdivia, uno de ellos y ministro de Gobernación, será nombrado presidente interino. Sin embargo, uno de los militares se da cuenta de que la algarabía general reposa sobre un error de interpretación de la constitución.

La deliberación consecuente deja en claro que, para Arroyo y los suyos, tales minucias no son obstáculos válidos para sus ambiciones:. El Inciso N resultó tener un significado completamente diferente: cuando fallece el Presidente Electo, la Cámara nombra un Interino que tiene por función convocar a nuevas elecciones.

No sé cómo llegó a General de Brigada. Ahora bien, de la ironía a la sátira hay mucho trecho. Todo en el mundo posible de Los relámpagos de agosto es risible para el autor implícito, quien construye con ese objetivo un doble irónico de la historia de México y hasta del propio país, sembrado, de topónimos imaginarios que el autor ha escogido a partir de una sonoridad que invita a la sonrisa: Vieyra, Viey.

Y cuando esta distorsión humorística alcanza la política, Ibarguengoitia hace que el choteo alcance auténticas cumbres estéticas. En primer lugar, el país no es solemne, sino cínico, los solemnes son los personajes públicos que lo adornan. Y a este respecto, Ibargüengoitia se supo mostrar mucho más claro en sus conceptos que muchos de los críticos que se acercaron a su obra.

La lectura crítica de Ibargüengoitia es lúcida en grado sumo:. Según parece, el señor Ruffinelli concibe el humor como una especie de condimento que se agrega al estilo para hacerlo más paladeable. Como el daltonismo, es algo que afecta permanentemente la visión del individuo, no unas gafas que uno se quita y pone a voluntad.

Se trata, por lo menos como lo presenta García, de una caracterización muy vaga de los recursos de la picaresca, en la que podrían encajar todo tipo de discursos además de los picarescos.

Como parte de su revisión de la intertextualidad literaria de Los relámpagos de agosto , Domenella decide comentar en primer lugar los vínculos posibles con la picaresca o —como ella decide presentarlo con cautela— con el tipo del pícaro, pues la investigadora de la uam observa con lucidez que se trata de una valoración problemática si no se le toma con cautela y se le ponen ciertos límites:.

las novelas de Ibargüengoitia están separadas por varios siglos de los modelos ejemplares de esa escritura: El Lazarillo de Tormes […]; Guzmán de Alfarache […] y La vida del Buscón don Pablos, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños […].

A nuestro juicio, esta comparación, si bien no carece de interés, no resulta ni completamente pertinente, ni esencial para la comprensión integral de la novela. El íncipit presenta, en efecto, algunas similitudes tanto formales la configuración del narrador en primera persona como temáticas.

Si bien los personajes recuperan ciertos motivos caros a los pícaros la fundamentación pragmática de sus actos, que en el caso del pícaro se concentra en la idea del medro , y cierta tendencia al libertinaje que Ibargüengoitia sugiere apenas aquí y allá , el discurso deja deliberadamente de lado otros aspectos importantes en la caracterización del tipo del pícaro, como son su agudeza, su ingenio, su astucia y su habilidad, sobre todo en lo que se refiere a acciones deshonestas Arroyo, Trenza, Canalejo y compañía serán muchas cosas, pero no ingeniosos y astutos.

Por fuerza ha de constatarse que, incluso si el íncipit del relato hace un guiño al género picaresco, el texto en su conjunto nunca entabla una relación sólida con el género y que los rasgos literarios y constitutivos de éste dejando de lado, obviamente, los aspectos histórico-sociales, como lo subraya Domenella nunca son dominantes en el discurso.

López Téllez— determinados eventos que después incorporará en su intriga. Ibargüengoitia retoma el evento, pero enriquece de modo notable su enunciación:.

Cuando digo jugada me refiero a la reunión de varias personas con el objeto de dedicarse a los juegos de azar. Y en ésas estaban, a la juegue y juegue, Anastasio Rodríguez, Juan Valdivia, Horacio Flores y algunos oficiales, en un carro comedor, cuando de buenas a primeras y sin decir agua va, les avientan una rociada de balas que rompió los vidrios y los hizo meterse debajo de las mesas.

De allí no atinaron a levantarse más que para ordenarle al maquinista de una locomotora, que pasaba arrastrando dos jaulas con un cargamento de marihuanos, que los enganchara y se los llevara para el Norte. Los que dispararon esa descarga, ganaron la batalla más barata de la historia y nosotros perdimos seis mil hombres en una noche, la rica y populosa ciudad de Cuévano, y la de Apapátaro, porque Cenón Hurtado hizo al día siguiente una proclama diciendo que él estaba con Pérez H.

Ibargüengoitia identifica con lucidez el potencial irónico que encierra el lenguaje de los revolucionarios: al interiorizar lo que en los memorialistas es afectación y mal gusto, Los relámpagos de agosto reconfigura este lenguaje subordinándolo a su propia reconfiguración estética y haciendo de esta voz que en otras circunstancias hubiera sido ridícula una invitación a que el lector participe del distanciamiento irónico del texto y colabore en la interpretación humorística del texto.

Tomemos por ejemplo, el prefacio de los Apuntes autobiográficos de Alberto J. Pani, quien fuera ministro de Hacienda durante los gobiernos de Obregón y Calles, y que no era el miembro más ingenuo, discursivamente hablando, de la familia revolucionaria:.

Escribir la propia historia y reproducirla en un libro para que circule es vanidoso. Excluyo de tal juicio, a menos que muestre un visible propósito de autobombo, al funcionario responsable que no puede eludir las referencias a sí mismo sin incurrir en falsa modestia —que es el disfraz con que ocultan su vanidad los hipócritas— al cumplir con el deber democrático de informar al país sobre los actos oficiales en que directamente haya intervenido.

Menos aún pueden ser tachados de vanidosos los que emiten sus ideas con espíritu de cooperación patriótica y desprovistos de interés personal. Dentro de estos dos grupos me coloco […]. Evidentemente, la pretensión de la que Pani hace gala de manera tan manierista, pues la subraya al intentar evitarla, no tiene mayor eco estético.

Se concluirá esta parte comentando otro vínculo, quizás más implícito, entre Los relámpagos de agosto y nuestra literatura: la llamada Novela de la revolución o narrativa de tema revolucionario.

Evidentemente, tengo presente la entrevista con Margarita García Flores, en la que Ibargüengoitia aseveró que la novela de la Revolución mexicana era un género que le interesaba muy poco, [67] pero sí creo que la naturaleza de los eventos tematizados en la novela nos obligan a dilucidar la cuestión.

La riqueza y la diversidad del corpus complican la tarea de delimitación crítica y cronológica de los diferentes discursos implicados. Aunque en parte cronológica, la división entre ambas etapas es también hermenéutica: en su inmensa mayoría, estas obras proponen una interpretación desencantada y pesimista de un proceso histórico que segó cerca de dos millones de víctimas.

Sin embargo, las instituciones culturales surgidas de la revolución terminaron adoptando estas mismas obras hasta transformarlas en una especie extraña de estandartes, como sucedió con los inmensos frescos del muralismo.

Es preciso decir que la institucionalización del tema revolucionario en género literario a partir del marbete editorial se produjo en un momento de tremenda agitación de nuestra historia, en el que las instituciones culturales estaban urgidas de símbolos estéticos que les permitieran legitimar un acontecimiento histórico complicado, confuso y hasta cuestionable del que, sin embargo, habían surgido.

La novela de la revolución cumplía estos objetivos y, pese a su ideología tremendamente crítica, fue percibida como el reflejo literario del ser mexicano, lo que contribuyó a mitigar el subtexto crítico. Esta institucionalización tuvo su culminación con la publicación en España, entre y , de la antología La novela de la Revolución Mexicana , preparada por los críticos Antonio Castro Leal y Berta Gamboa de Camino.

Es a partir de la entrada de esta narrativa en el canon literario nacional que las distorsiones paródicas, como la de Los relámpagos de agosto , cobran sentido en el seno de nuestra tradición: al presentarnos un doble narrativo irónico de la narrativa de la revolución mexicana, mediante la parodia de los memorialistas, Los relámpagos de agosto da nuevo brillo al pesimismo de los Azuela , los Guzmán y compañía, poniendo el dedo en la llaga que, pese a la institucionalización de la revolución, seguía y sigue abierta.

Antes, la crítica se contextualizaba en una clave realista y trágica, como sucedía, por ejemplo, en Los de abajo , cuando Luis Cervantes pretende embellecer su mezquindad con ropajes más nobles:.

Usted, hombre modesto y sin ambiciones, no quiere ver el importantísimo papel que le toca en esta revolución. Mentira que usted ande aquí por don Mónico, el cacique; usted se ha levantado contra el caciquismo que asola toda la nación.

Somos elementos de un gran movimiento social que tiene que concluir por el engrandecimiento de nuestra patria. Somos instrumentos del destino para la reivindicación de los sagrados derechos del pueblo.

No peleamos por derrocar a un asesino miserable, sino contra la tiranía misma. Eso es lo que se llama luchar por principios, tener ideales. Por ellos luchan Villa, Natera, Carranza; por ellos estamos luchando nosotros.

María Elvira Buelma Serrano coord. Compilación de anécdotas , México, D. Vicente Leñero, Los pasos de Jorge Ibargüengoiti a, México, D. Ibargüengoitia, Instrucciones…, p.

Posteriormente, una vez que Scherer fue obligado a abandonar Excélsior, y sus colaboradores con él, Ibargüengoitia continuaría sus artículos y columnas en Proceso y en Vuelta.

Esta suma de escritos fue antologada en diversos volúmenes, tanto en vida de Ibargüengoitia fue el propio autor quien compiló y retrabajó los artículos que forman parte de Viajes en la América ignota y Sálvese quien pueda como de manera póstuma Autopsias rápidas, Instrucciones para vivir en México y la Casa de usted y otros viajes , compilados por Guillermo Sheridan, e Ideas en venta, Misterios de la vida diaria y ¿Olvida usted su equipaje?

Si bien puede parecer un tema superfluo, y, claro está, rebasa los límites de este artículo, creo importante mencionar que, en mi opinión, la crítica relativa este corpus específico ganaría en operatividad aclarando la denominación genérica de estos textos.

Huelga decir que los artículos y crónicas de Ibargüengoitia no corresponden a esta definición, cuyo uso sólo termina confundiendo y embrollando los géneros. Sin embargo, es evidente que, en este caso, las condiciones de publicación diaria, semanal, quincenal, etc.

no deben soslayarse, pues son a la vez condiciones de producción que determinan aspectos como una cadencia de escritura, un conjunto de temas y motivos explorados, una estructura base, un ritmo de exposición, etc.

Escribir a plazo fijo. Olvidarse de la fruslería de la inspiración y ponerse a redactar con ella o sin ella, que al fin y al cabo sale sobrando. Jorge Ibargüengoitia, Viajes en la América ignota , México, D. Jorge Portilla, Fenomenología del relajo , México, D.

de Pilar Hernández Cobos, en María Christen Florencia et al. Martha Elena Munguía Zataraín, La risa en la literatura mexicana.

Apuntes de poética , México, D. Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos…, op. Padilla eds. Una aproximación pragmática a la ironía , Frankfurt am Main, P. Lang, , p. Jorge Ibargüengoitia, Ideas en venta , comp. de Aline Davidoff, México, D. Ana Rosa Domenella, Jorge Ibargüengoitia: ironía, humor y grotesco.

Jorge Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos… , op. Alberto J. Pani, Apuntes autobiográficos , México, D. Jorge Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos Mariano Azuela y Martín Luis Guzmán, Dos novelas de la Revolución: Los de abajo-La sombra del caudillo , pról.

y notas de Francisco Monterde, México, D. Ibargüengoitia, El Atentado-Los relámpagos… , p. en la Colección Archivos y que completará con tino lo que aquí se pueda esbozar , comenta una verdad paradójica: pese a ser un autor muy leído, ni Ibargüengoitia ni Los relámpagos de agosto gozan de una crítica rica ni mucho menos enteramente pertinente.

Entre la repetición de los lugares comunes y la postulación de hipótesis en relación a procesos más amplios, la crítica no ha sido muy rica respecto a la escritura de Ibargüengoitia. Poco a poco los primeros comentarios se convirtieron en juicios recurrentes y las referencias exploratorias en criterios aceptados.

El tópico humorístico sirvió para comprenderlo, pero usado sin freno [y, añadiré, con más frivolidad que reflexión] ha contribuido a mutilarlo. El nacionalismo impulsado por el Partido Único hacia borrosa la frontera entre la patria y sus instituciones de modo que criticar las segundas muchas veces equivalía a hacer lo mismo con la primera.

Pero, sin lugar a dudas, la principal fuente de interpretaciones superficiales, la constituyó el pobre concepto en que la crítica literaria mexicana ha mantenido al humor. Ha escrito una novela sólo para divertirse. El paso del tiempo fue modificando poco a poco la valoración crítica en torno a Los relámpagos de agosto : a ello contribuyeron las múltiples lecturas y relecturas de la obra, la madurez que fueron adquiriendo las reflexiones en torno a las complejas relaciones entre humor, ironía, sátira y parodia y, finalmente, la progresiva tendencia al cuestionamiento del proceso revolucionario y de la pertinencia de su régimen.

En este texto, Domenella comentaba con detalle el funcionamiento de la ironía literaria, la cual se fundamenta en la tensión generada por el contraste entre los dos narradores desdoblados: por un lado, Arroyo, la víctima y, por el otro, el ironista, a quien se identifica, acaso de manera muy rápida, como Jorge Ibargüengoitia , sin diferenciar entre el personaje así instaurado en la trama desde el Prólogo y el autor empírico.

No rescata nada. No se queda con nada. El cambio de siglo trajo consigo una serie de estudios que contribuyeron grandemente a profundizar y dotar de seriedad las reflexiones críticas en torno a Los relámpagos de agosto.

En lo que concierne a Los relámpagos de agosto , estas técnicas determinan, para empezar, la velocidad de la exposición y la evolución del relato, pues, como se recordará, la calidad retrospectiva de la narración de Arroyo le hace posible graduar la información que proporciona y alimentar el interés de su lector, aumentando el suspenso a partir de la dosificación de menciones de carácter proléptico.

Los recursos del género policiaco serían así el procedimiento mediante el cual Ibargüengoitia se granjea la complicidad de su lector y, al mismo tiempo, el vínculo que liga la narrativa ibargüengoitiana a la tradición mexicana posterior.

Fourez emprende así una exploración exhaustiva de la obra de Ibargüengoitia a la luz de un completo catálogo de motivos y temas policiacos, a menudo distorsionados de manera humorística por Ibargüengoitia , que renuevan por completo la mirada crítica que se suele tener sobre la obra del guanajuatense.

Uno de los últimos estudios de largo aliento sobre la obra de Ibargüengoitia de los que tengamos noticia es La historia como ironía. Ibargüengoitia como historiador de Juan Campesino Universidad de Guanajuato, Se trata de un libro de claro interés, puesto que es el primer estudio del tema histórico en toda la obra de Ibargüengoitia , abarcando dos obras de teatro El atentado y La conspiración vendida y dos novelas Los relámpagos de agosto y Los pasos de López.

En el caso de Los relámpagos Se trata de una noción fuertemente influida por la lingüística y el análisis del discurso fuentes: Sperber y Wilson, D. Una de las tales formas sería la proclamación por parte del texto de un error clamoroso como algo verdadero.

La adopción a pies juntillas de esta idea por parte de Campesino , termina por complicarle la vida: en Los relámpagos de agosto , Marcos González muere de una apoplejía dejando en la estacada a sus partidarios; el equivalente historiográfico de González, Álvaro Obregón, muere asesinado por los cristeros en la Bombilla.

Los objetivos paródicos de Los relámpagos de agosto constituyen el eje de dos aportaciones, no por breves menos interesantes, a la crítica de la obra.

En orden cronológicamente inverso, se citará primero el importante estudio La risa en la literatura mexicana. Apuntes de poética de Martha Elena Munguía Iberoamericana-Bonilla Artigas, Propuesta de relectura de nuestra tradición literaria a la luz de la risa, estaba claro que Munguía debía interesarse por Los relámpagos de agosto , contextualizándola así dentro de una visión insólita y a la vez pertinente de nuestra literatura.

La discusión sobre la novela se enmarca en la reflexión sobre las orientaciones que ha tomado la parodia y, sobre todo, el modo en que ésta genera e introduce la risa, la irreverencia y la subversión. En el caso de Los relámpagos… , la parodia corroe con innegable sentido lúdico toda la narrativa relativa a la Revolución mexicana, pero también un discurso mucho más implícito que es el del poder político, creador o beneficiario de este género literario:.

Casi no hay discursividad sobre la Revolución Mexicana que quede intocada en esta novela: formas, géneros, tonos y horizontes de enunciación han sido sometidos a un doble paródico que no deja nada en pie. Si bien es posible reconocer algunos textos fundamentales como fuente de la parodia […] es innegable que detrás de Los relámpagos de agosto está prácticamente toda la narrativa que relató las hazañas guerreras de los caudillos revolucionarios.

La conclusión de Estève viene a añadir un buen número de granos de arena a la caracterización deficiente del narrador personaje Arroyo. El análisis discursivo muestra que sus compinches son pragmáticos antes que dogmáticos, pero que, al mismo tiempo, Arroyo es un personaje distanciado de cualquier razonamiento pragmático y rebasado por un mundo práctico que es incapaz de controlar, incapacidad que el discurso gusta de evidenciar.

Estève proporciona un ejemplo elocuente:. En una lógica puramente transaccional, el superior le paga el favor. Pero ese pretendido cálculo, una apuesta sobre lo real, no es nada más que la recuperación por parte del personaje de una casualidad milagrosa.

La recuperación es pues retrospectiva y discursiva. Y todo el resto del discurso concuerda con esto. Se trata de una pertinente revisión de la manera en que Ibargüengoitia cuestiona y deconstruye la retórica revolucionaria o, más precisamente, la enunciación de la historia oficial.

Sin embargo, como justamente lo plantea Munguía , una concepción del humor que rescate el valor reflexivo y las posibilidades críticas de la risa, asumida como visión de mundo distanciada y a la vez inclusiva, encontrará no pocas zonas de la literatura mexicana que poner en relieve y valorar en su justa medida.

Inconscientemente, se piensa que de este modo la crítica logra llevar al discurso en cuestión hasta un fin elevado, cuando, en realidad, no sólo se pierde de vista el carácter propio del discurso estético, sino que, además, se le abaja, más o menos como Antonin Artaud juzgaba que André Breton había abajado el Surrealismo al integrarse al Partido Comunista y exigir a sus cofrades, so pena de excomunión por parte del Papa Negro, que hicieran lo mismo.

De manera semejante, ¿por qué no revirar aquel postulado y proponer así una amplificatio ad risum de la ironía? No serán esta entrada de la Enciclopedia donde la idea se llevará a sus últimas consecuencias, por desgracia, pero valga esta consideración como un deseo y una pista para futuras exploraciones al respecto al tiempo que como un homenaje a Jorge Ibargüengoitia , cuya obra evoca pertinentemente esta reflexión.

Marta Portal, El proceso narrativo de la Revolución Mexicana , Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, , p. Edmundo Desnoes, Apud G. Santillán, art. Ana Rosa Domenella, Jorge Ibargüengoitia: la transgresión por la ironía , México, D.

By Nill

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